Steve Kang confesó que conoció el verdadero infierno cuando estuvo muerto por ocho horas en una operación. Este hombre, que estudió para ser monje budista pero que ahora es pastor evangélico, confesó que fue intervenido después de un intento de suicidio.
Durante esta cirugía, aseguró haber visto situaciones horribles que no desearía ni al propio Hitler. Tal como contó en el Daily Star, antes de que el equipo médico lo reanimara, conoció el infierno donde vio monstruos enormes que eran tan altos como edificios.
“Casi siento que ni siquiera quiero que Hitler vaya allí. No quiero que mis peores enemigos vayan allí”, dijo en el periódico.

El infierno en primera persona
Steve Kang confesó que tuvo una vida ligada a los excesos y que una “entidad demoniaca” lo obligó a quitarse la vida por lo que consumió un cóctel de drogas que casi lo lleva a la muerte.
Según su descripción, el infierno es un lugar oscuro, sin plantas y con una superficie rocosa. En ese momento, él llevaba una cadena en su estómago y vio seres encapuchados que parecían controlar el lugar. “Son seres de tres, cuatro o cinco pisos de altura, altísimos”, dijo.
Para Kang esta visión fue un despertar espiritual y, a pesar de que su religión budista no cree en el infierno, su experiencia lo llevó a pensar todo lo contrario. “Hay tanto dolor que no puedes preguntarle a la persona que tienes enfrente: ‘¿Cómo estás? ¿Cómo te llamas?’“, aseguró.

Su estadía en el averno duró algunas horas y, mientras los médicos luchaban por salvarle la vida, su familia pidió una cadena de oración por él.
De acuerdo a sus declaraciones, Kang está convencido que fue la Fe lo que lo salvó de la muerte. Ahora, dejó sus raíces budistas y se dedica a predica el cristianismo como pastor en la Iglesia Comunitaria del Evangelio de Los Ángeles en Los Ángeles, California.