En la era de la hiperconectividad, los celulares se convirtieron en una extensión de nuestro cuerpo: los usamos para trabajar, estudiar, entretenernos y hasta para controlar otros dispositivos. Sin embargo, muchas personas pasan semanas, incluso meses, sin reiniciar su teléfono, sin saber que ese pequeño gesto puede hacer una gran diferencia en su funcionamiento diario.
Reiniciar el celular una vez por semana no es una recomendación caprichosa. Tiene un sólido respaldo técnico y puede ser la clave para mantener el rendimiento óptimo del equipo. Más allá de liberar memoria, ayuda a resolver fallos comunes, ahorrar batería y hasta proteger la vida útil del dispositivo.
¿Por qué conviene reiniciar el celular?
Cuando usás diferentes aplicaciones a lo largo del día, estas van consumiendo memoria. Incluso si las cerrás, muchas quedan activas en segundo plano. Reiniciar el teléfono libera esa memoria ocupada y mejora la velocidad del sistema. Además, algunas apps, como redes sociales, navegadores o servicios de ubicación, siguen funcionando sin que te des cuenta, y consumen recursos. Reiniciar el celular detiene esos procesos ocultos y reduce la carga del sistema.
Si notás que tu celular se vuelve lento, que el WiFi falla o que una app no responde, es probable que se deba a acumulación de errores de ejecución. Un reinicio puede ser suficiente para resolver estos problemas sin tener que borrar datos ni restaurar el equipo. En este sentido, también ayuda a que la batería rinda más y se desgaste menos con el tiempo.

¿Cada cuánto conviene reiniciar el celular?
Los expertos recomiendan hacerlo una vez por semana. No es necesario más, salvo que uses muchas apps pesadas o notes problemas frecuentes en el rendimiento. Para la mayoría de los usuarios, este hábito basta para mantener el sistema ágil y estable.
Para reiniciar el celular correctamente, no alcanza con bloquear la pantalla: es necesario mantener presionado el botón de encendido unos segundos y elegir la opción “Reiniciar” o “Apagar y volver a encender”. Esto asegura un reinicio completo del sistema operativo. Si todavía no lo hacés con regularidad, tal vez sea hora de sumarlo a tu rutina tecnológica semanal.