En medio de la creciente demanda de atención médica en el sistema público, un nuevo tipo de estafa genera alarma en Tucumán. El Hospital del Niño Jesús recibió múltiples denuncias de familias que fueron engañadas con turnos falsos para especialidades médicas que nunca se otorgaron, y por los cuales llegaron a pagar hasta $10.000 a través de redes sociales.
La directora del hospital, la Dra. Inés Gramajo, confirmó la situación y fue tajante: “El hospital no cobra por turnos ni los gestiona por redes sociales. Es un servicio de salud pública, gratuito, y los turnos solo se entregan en el área de admisión del hospital, con profesional, día y hora asignados”.

La maniobra delictiva consiste en ofrecer supuestos turnos con médicos del hospital a través de publicaciones en Facebook, Instagram y WhatsApp. Los estafadores cobran una suma por adelantado y envían un comprobante apócrifo que simula ser una reserva válida. Cuando las víctimas se presentan en el hospital, descubren que no existe tal profesional o que no hay ningún turno reservado.
Cómo se detectó la estafa en el Hospital de Niños
Según informaron fuentes oficiales, el hospital empezó a recibir a pacientes con turnos para médicos que no figuran en la plantilla del centro. Al consultar con el personal, se confirmó que nunca se había hecho una reserva, y que los comprobantes presentados eran falsos. Desde entonces, se activó una investigación interna y se dio intervención al área jurídica del Sistema Provincial de Salud (Siprosa).
“Estamos haciendo las denuncias pertinentes cada vez que detectamos un caso, pero es fundamental que la comunidad se mantenga alerta. Si ven alguna publicación de este tipo, que no duden en avisarnos”, remarcó Gramajo.
El fenómeno se da en un contexto complejo. Con el encarecimiento de las prepagas y la caída en la calidad de muchas obras sociales, cada vez más tucumanos migran al sistema de salud pública. Esta sobrecarga provoca demoras en las asignaciones de turnos, especialmente en especialidades como neurología infantil, lo que genera frustración y angustia en muchas familias. Un terreno fértil para los estafadores, que prometen “atención inmediata” a cambio de dinero.