En el universo del diseño textil existen detalles que esconden verdaderas curiosidades con una razón de ser muy precisa. Uno de ellos es el pequeño triángulo de tela que aparece bajo el cuello en algunas remeras o buzos deportivos, especialmente en prendas de estilo clásico con cuello redondo cerrado.
Este refuerzo triangular comenzó a utilizarse a comienzos del siglo XX en Estados Unidos, en la indumentaria deportiva universitaria. Las marcas incorporaban este triángulo con el objetivo de absorber la transpiración en una de las zonas más sensibles de la prenda, que es el cuello. Este triángulo también ayudaba a conservar la forma del escote, evitando que se deformara con el uso o los lavados.
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Su utilidad no se limitaba a la absorción. También ofrecía una mejora en la estructura de la prenda, proporcionando mayor elasticidad en la parte frontal del cuello. Esto facilitaba que la remera o el buzo se pusiera y se sacara con más comodidad.
Con el paso del tiempo el uso funcional del triángulo fue perdiendo protagonismo. Sin embargo, muchas marcas decidieron conservarlo como un recurso estético.
Más curiosidades de las remeras y los buzos deportivos
Otra curiosidad poco conocida es el origen del cuello redondo cerrado, característico de muchas remeras deportivas. Este diseño fue adoptado por primera vez por los jugadores de fútbol americano en la década de 1920. Su principal función era proteger el cuello de raspones y sujetar mejor la camiseta.
También resulta interesante saber que muchos buzos deportivos clásicos, como los de algodón grueso con puños y cintura ajustada, nacieron como prendas de trabajo. Fueron diseñados para los entrenamientos de invierno, pero su corte y resistencia.
