María Elba Debarbora, de 33 años, murió este domingo 25 de mayo luego de haber sido salvajemente atacada por su expareja, Lucas Niemiz.
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El crimen se produjo el viernes por la noche en la localidad santafesina de Villa Ocampo, cuando Niemiz, de 27 años, violó la orden de restricción que le impedía acercarse a la víctima y apareció en su casa.
El agresor golpeó a su ex pareja en la cabeza con un martillo, lo que la dejó en estado de muerte cerebral, y tras dos días de agonía falleció en el Hospital de Reconquista.
El caso está siendo investigado por el fiscal Norberto Ríos, quien ordenó de inmediato la detención del agresor. El martillo utilizado en el ataque fue secuestrado como prueba clave en la causa. Se espera que Niemiz sea imputado en las próximas horas por el delito de femicidio.
Un historial de violencia ignorado
María Elba había denunciado en múltiples ocasiones a su expareja por violencia de género. Como respuesta, obtuvo una orden de restricción que no logró protegerla.
Niemiz, además, tenía antecedentes por consumo problemático, lo que sumaba preocupación al entorno de la víctima. A pesar de las señales de alarma y de las denuncias previas, el Estado no logró garantizar su seguridad.
Inicialmente, la causa fue caratulada como tentativa de femicidio, violación de una medida perimetral y lesiones gravísimas. Con el fallecimiento de María Elba, la figura penal cambió a femicidio.
En medio del dolor, la familia de María tomó la decisión de donar sus órganos. Emanuel Debarbora, primo de la víctima, expresó su tristeza y su pedido de justicia a través de las redes sociales: “Descansá en paz, María. Seguirás viviendo en otras personas. No hay palabras para lo que pasó… solo voy a pedir Justicia, Justicia y Justicia”.
