El dolor cervical es una de las consultas más frecuentes en los servicios de kinesiología y fisioterapia. Muchas veces, detrás de esa molestia persistente que recorre el cuello y se irradia hacia los hombros o la cabeza, se encuentra una contractura muscular que se manifiesta como una contracción involuntaria, sostenida y dolorosa de un músculo o grupo de músculos.
Aunque puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, la región cervical es una de las más afectadas debido a malas posturas, estrés o sobreesfuerzo físico. Cuando el músculo se sobrecarga o no se recupera adecuadamente, puede mantenerse en estado de tensión, generando dolor, rigidez y una sensación de “tirantez” en la zona afectada.
Además del clásico dolor en el cuello, las contracturas pueden causar cefaleas, dolor irradiado hacia la mandíbula, la frente o incluso los oídos. En algunos casos más severos, también pueden generar radiculopatías, es decir, molestias que bajan hacia los brazos.
Afortunadamente, una contractura en el cuello puede tratarse de manera efectiva, especialmente si se detecta en sus primeras etapas. Las opciones terapéuticas van desde métodos tradicionales hasta técnicas de fisioterapia avanzada o también podés hacer cosas en casa para aliviar el dolor.
La técnica de la pelota para aliviar el dolor cervical
Para casos leves a moderados, existen alternativas caseras que pueden ayudar a aliviar el dolor. Una de las más efectivas es la técnica con pelota de tenis, ideal para liberar la tensión localizada en puntos específicos del cuello, hombros o parte alta de la espalda.
Paso a paso para usar la técnica de la pelota:
- Solo necesitás una pelota de tenis (o de goma dura) y una pared o el suelo.
- Ubicá el punto de tensión: Palpá el músculo hasta encontrar ese “nudo” doloroso.
- Colocá la pelota contra la pared, si vas a trabajar hombros o espalda alta o en el suelo, si buscás más presión sobre cuello u hombros específicos.
- Aplicá presión sostenida durante 30 a 90 segundos sobre el punto. Es normal sentir un dolor leve o una molestia profunda que, con el tiempo, debería disminuir.
- Respirá profundamente mientras sostenés la presión.
Repetí en otras zonas si fuera necesario.
Este método no se basa en “rodar” la pelota como en un masaje tradicional, sino en mantener la presión sobre el punto de dolor para liberar la contractura.
Las contracturas cervicales no solo afectan el confort físico, sino que también pueden influir en la concentración, el sueño y el estado de ánimo. Por eso, ante los primeros síntomas, lo mejor es no ignorar las señales del cuerpo.
