Un hombre que vive en una zona rural del sudeste de Rumania (en el oeste de Europa), se encontró con un tesoro desconocido en su propia casa y que su familia conservó durante 30 años sin conocer su verdadero valor. Se trata de una piedra que su madre había encontrado en los años 1960 en el lecho de un río vecino y que tiene un peso de 3,5 kilos.
Durante todo este tiempo, su familia había conservado la roca como si se tratara de un elemento decorativo y, a la vez, de un objeto que traía la buena suerte, sin saber en realidad cuánta fortuna podía darles.
Fue recién en 1991, cuando la mujer falleció, su hijo heredó su casa e inmediatamente sintió que la piedra decorativa que tenía en el comedor no era cualquier tipo de roca.
Por eso, decidió venderla a las autoridades locales para que la examinaran. La piedra fue llevada hasta el Museo de Historia de Cracovia, en el sur de Polonia, donde confirmaron que el objeto era el trozo más grande jamás hallado de un tipo de ámbar conocido como “romanita”.
La romanita es una clase de ámbar originaria de Rumania y que es muy apreciada en el mercado de joyería por sus tonalidades oscuras y rojizas. El ámbar proviene de la goma fosilizada de árboles muy antiguos, con una edad aproximada entre 38 y 70 millones de años, de acuerdo con los especialistas.
Un valor superior al millón de dólares
“Este descubrimiento posee una importancia científica única, y lo hemos clasificado como patrimonio nacional”, explicó Daniel Costaque, director del Museo Provincial de Buzău, en el este de Rumania.
Es en este lugar que se exhibe el ámbar desde el año 2022 y que se estima tiene un valor superior al millón de dólares. Incluso se supo que la casa de la mujer fue asaltada varias veces y nunca los ladrones se percataron del valor que tenía la famosa piedra.
