En el marco de una de las semanas más relevantes para la política internacional, la reina Máxima Zorreguieta volvió a demostrar que estilo y diplomacia pueden ir de la mano. Durante la apertura de la cumbre de la OTAN celebrada en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya, la monarca deslumbró con un look que desafió el protocolo de tonos neutros y se impuso entre los presentes.
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Mientras los principales líderes del mundo, entre ellos Donald Trump, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, posaban para la tradicional foto grupal en una paleta de grises, azul marino y negros sobrios, Máxima eligió destacar. Lo hizo con un impactante mono de seda verde lima de Natan Couture, su firma predilecta.
La pieza, diseñada especialmente para ella, presentaba un profundo escote en V, corte entallado en la cintura y una capa que caía con elegancia por la espalda, reemplazando las mangas murciélago del modelo original.
El conjunto no solo captó la atención por su color audaz, sino también por cómo equilibró sofisticación y modernidad, un sello característico del estilo de la reina. Acompañó el outfit con stilettos nude que aportaron sobriedad al look y joyas con historia: la garceta de diamantes que perteneció a la reina Emma, un brazalete heredado y unos pendientes colgantes que sumaron brillo.
Máxima Zorreguieta brilló junto a su hija Amalia
La princesa Amalia, de 21 años y heredera al trono, también estuvo presente en la recepción y sorprendió con su recuperación tras una reciente caída de caballo. La joven royal apostó por la sobriedad con un vestido negro de Polo Ralph Lauren, ceñido a la cintura y con detalles de lazos en las mangas. Complementó el conjunto con stilettos negros y un brazalete de diamantes que perteneció a la reina Guillermina, otro guiño a la tradición familiar.
Ambas lucieron peinados sencillos pero prolijos y un maquillaje sutil, apostando a la elegancia clásica con un toque contemporáneo.
Una vez más, Máxima Zorreguieta confirmó por qué es una de las royals más admiradas del mundo: por su capacidad de mezclar tradición con audacia, por su dominio de la moda como herramienta diplomática y por su constante apuesta al color, una marca personal que impuso desde sus inicios en el mundo de la realeza europea.
