A dos meses del nacimiento de Arturo, el bebé que tuvo con Matías Palleiro, Jimena Barón dedica casi todo su día a la crianza del pequeño. Morrison, su hijo mayor, ya tiene 11 años y es de gran ayuda para ella en este desafío.
Días atrás, Momo fue invitado a su primera fiesta con amigos y la actriz fue contando detalles de la previa. Una vez que estaba listo para salir, le dijo: “Quiero tener este momento grabado hijo. Estoy emocionada, te prometo que no te voy a hacer pasar cringe en el colegio, pero acá dejame ser”.
Una vez que Momo se fue, Jimena le contó a sus seguidores que estaba entusiasmada por la primera salida del preadolescente pero también sorprendida por el paso del tiempo. Al regreso de la salida, el nene fue a buscarla para contarle cómo le había ido y ella no pudo evitar la emoción.
La emotiva reflexión de Jimena Barón
A horas de lo ocurrido, Jimena Barón compartió en su cuenta de Instagram una extensa reflexión donde compartió dos fotografías de Momo: una de él antes de salir con sus amigos y otra de él de muy bebé, cuando vivían en Italia.
“Un bebito muy chiquito y un hijo de 11. Tal vez el chiquito hace parecer más grande al de 11 y viceversa”, empezó escribiendo la actriz. “Momo tuvo su primera fiesta, fue con pantalones y zapatillas mías”, siguió.
“Yo demasiado entusiasmada tratando de ser esa mamá canchera que actúa con total calma, deseando que me cuente y me comparta sus cosas pero sin ser invasiva. Feliz de que crezca pero algo melancólica…por suerte el otro mientras toma la teta cómo la carta +4 del UNO… tranquila, hay bebé para rato… pienso…pero Momo era bebé hace tan poco…“, continuó la cantante.
Luego, sumó: “Deseando y emocionándome con esta nueva etapa de que sea ‘grande’ ya con reuniones de viaje de egresados, kiosko y fiesta, pensando como ser una mamá compinche y como no quedarme helada cuando haga cosas de la adolescencia que hicimos todos y que algunas están bien y otras no tanto”.
Más adelante, hizo referencia a Matías, su pareja. “Ya no estoy sola y eso en mi caso es un alivio. Fue precioso nuestro vínculo mano a mano y confieso haberme sentido muy empoderada en su momento por estar maternando sola hasta que anhelé mucho mucho un compañero que me ayude. No sé si existe alguna ecuación divina, a veces creo y a veces descreo, pero yo me lo merecía y llegó Matías. Con el tiempo fui ablandándome y descansando y un día necesité ser un poco menos fuerte y vivir rodeada de mi equipo preferido, mi familia", contó.
“Cuando Momo volvió de la joda, Matías (que lo fue a buscar) le compró un automc y yo moría por saber todo pero también sabía que no me iba a dar ni bola. Momo entró a mi cuarto despacio porque Arturo dormía y me susurró: ma, me acompañas a comer y te cuento? Y mi corazón se hizo una piñata de felicidad”, siguió.
Por último, Jimena escribió: “Y ahí estuvimos, charlando 1 am, mi cerebro en paralelo totalmente emocionado disfrutando cada gota del momento, sabiendo que muy posiblemente me comparta cada vez menos porque va a ser más y más grande y va a hacer su vida y yo ayer entendí que siempre voy a estar ansiosa esperando que me llame, que me cuente, que me pida, que me necesite y que me vuelva a hacer piñata el corazón”.
