Por más que todavía las mañanas estén frescas, la primavera ya se hizo presente en el clima y en la llegada de días más cálidos. Por eso es un buen momento para adoptar en tu dieta el “agua cargada”, el secreto para mantener la hidratación con energía y lejos de los antojos dulces.
El agua es esencial para la vida, porque sirve para la fabricación de las células de tu organismo, ayuda a regular la temperatura corporal y lubrica las articulaciones. Pero, como sucede en otras partes del mundo, los argentinos no ingieren la suficiente cantidad de agua potable por día que, según los especialistas, ronda los 2 litros diarios, o más si se hace ejercicio al rayo del sol.
Justamente, para estar bien hidratado y sin ganas de comer azúcar se puso se moda en las redes esta variedad de agua “cargada” con otros ingredientes saludables que te sacian las ganas de recompensarte con alimentos dulces.
Una de las que está imponiendo esta receta en TikTok es la nutricionista estadounidense Fiorella DiCarlo, quien explicó para qué sirve el “agua cargada” y cómo se prepara.

El agua cargada: qué es y cómo se prepara
“La deshidratación puede causar fatiga, ralentizar el metabolismo y aumentar los antojos de azúcar, lo que puede llevar al aumento de peso. Si el agua saborizada puede añadir incentivo o sabor para fomentar un mayor consumo de agua, estoy a favor”, empezó explicando la especialista, en diálogo con The New York Post.
Pero los jugos y las aguas saborizadas traen generalmente mucho azúcar y calorías, por lo que una buena alternativa es esta receta. “El agua cargada ofrece sabor con menos calorías, menos azúcar y sin aditivos artificiales si se prepara con cuidado”, dijo DiCarlo.
“La mayoría de las personas que no hacen ejercicio intensamente pueden satisfacer sus necesidades de electrolitos a través de una dieta equilibrada (frutas, verduras, lácteos, frutos secos)”, agregó, y dio su receta para prepararla, aunque hay muchas versiones y vos la podés preparar como más te guste.
#1. Llená una jarra con agua de filtro o hervida y enfriada.
#2. Lavá las frutas que vas a agregar, y elegí las que son ricas en electrolitos como la sandía, los cítricos (limón y naranja), pero también podés usar ananá, mango y granada.
#3. Cortá las frutas en rodajas (también se pueden agregar vegetales como pepino, rico en potasio y magnesio) y picá las hierbas que vas a usar (puede ser con menta, albahaca, lemongrass, romero, etc.) para liberar los aromáticos y mejorar tu infusión, añadilas al agua.
#4. Dejá reposar todo de dos a cuatro horas en la heladera para mejorar el sabor.
#5. Colá las frutas y las hierbas, no las dejes demasiado tiempo en el agua para no fomentar el crecimiento de bacterias.
#6. Conservá el agua infusionada en un recipiente sellado en la heladera y consumila en no más de dos a tres días.
