Camila Mayan siente que no logra salir de la telaraña sentimental en la que sigue atrapada, a pesar de que ya pasaron tres años de su separación de Alexis Mac Allister. La influencer reveló el drama que aún atraviesa por más que haya pasado tanto tiempo desde que dejó de convivir con el futbolista de la Selección Argentina.
Si, para la inmensa mayoría de los argentinos, el título obtenido en el Mundial de Qatar en diciembre de 2022 fue inolvidable, para la marplatense también lo fue, pero en sentido inverso. Es que justo después de la consagración, su novio le avisó que no seguían juntos y, a partir de ahí, fue una tortura su vida, tras darse cuenta que era reemplazada por una amiga íntima de él, con toda la carga de sospechas que trajo la confirmación.
Y mucho peor ahora que el jugador del Liverpool acaba de ser papá con Ailén Cova, la tercera en discordia que, sospecha Cami, terminó provocando el fin de su idilio.

La tortura de Camila Mayan
Por eso, en Luzu, el streaming donde trabaja, Camila reveló lo mal que la sigue pasando a pesar de que su historia con Alexis está finiquitada.
“Hay veces que digo ni quiero ver los partidos de la Selección. A veces voy por la calle con Kim -la perra que adoptó con el futbolista- en su paseo nocturno y escucho un grito de gol. Ahí digo ‘Ah, está jugando la Selección’. Entonces es imposible que yo salga”, empezó contando.
Y prosiguió con una anécdota: “Ayer me pasó que fui a un desfile y había prensa. Cuando voy a eventos y eso, si me piden hacer una nota o algo entiendo que es parte de mi laburo, lo hago con la mejor de las ondas. Pero no me fui preparada a que empiecen a haber preguntas de eso”.
“Me dicen ‘¿Le mandaste un mensaje? ¿Le escribiste algo?’... Y no, ¿Qué le voy a decir? Aparte no tengo mucho para explayarme. Siento que todo a veces es mucho o muy cerrado. No siento que me esté sumando mucho al juego y tampoco me divierte”, haciendo referencia a Mac Allister y su paternidad.
“Yo de eso trato de no enterarme nada porque no tengo nada que ver ahí. Entonces cuando me preguntan y respondo algo me quedo pensando si habré respondido bien o si me habré metido en una”, confesó.