María Florinda Ríos Pérez una guatemalteca de 32 años, fue baleada por Curt Andersen, de 62, el pasado 5 de noviembre en Whitestown, Indiana, Estados Unidos donde trabajaba limpiando casas para una empresa.
La mujer vivía con sus cuatro hijos y su esposo, Mauricio Velásquez, quien también trabajaban para la empresa de limpieza. Esa mañana, sucedió algo inesperado que le costó la vida a María Florinda: le pasaron mal la dirección de la casa que debía limpiar.
Cuando se acercó a la puerta recibió un disparo en la cabeza. Según el acusado, lo hizo porque se sintió amenazado por la presencia de la mujer.

La decisión de la justicia
Al llegar, la policía encontró a la mujer ya sin vida en el porche de la casa. Como la ley Indiana garantiza el derecho a la legítima defensa, el abogado del acusado aseguró que su cliente actuó dentro de los límites de las leyes.
Aún así, hoy informó la fiscalía del condado de Boone que Andersen fue acusado de homicidio involuntario. El hombre está detenido y permanece bajo custodia sin derecho a fianza.
Por su parte, el viudo de la víctima pidió justicia frente a las cámaras de WCNC y señaló sobre el asesino de su esposa: “No creo que esté bien de la cabeza”.




