Ser parte de la realeza, por más que en las películas lo parezca, no es fácil: normas rígidas, rutinas incorruptibles y eventos sociales son lo que rigen la vida de los miembros del clan. Tal es el caso de la familia de la Reina Máxima de Holanda, su esposo Guillermo Alejandro y sus hijas, Amalia, Alexia y Ariadna.
Hace poco, los ojos de la sociedad holandesa y del mundo se posaron en la hermana del medio, Alexia, que hace poco cumplió los 15 años. Lo que la diferencia de Amalia, la heredera al trono y de Ariadna, quien todavía es mucho más chica, es su forma descontracturada de ver las cosas y la liviandad con la que se toma su rol dentro de la realeza.
Su fama la precede a tal punto que la reina Letizia de España dio a conocer su preocupación luego de saber que la hija adolescente de Máxima asistiría al United World College Atlantic de Gales para continuar sus estudios junto a Leonor de Borbón, su niña de la misma edad. Y su inquietud no es para menos: mientras que la española comenzó a protagonizar actos oficiales en instituciones de bien público y llamó la atención tras realizar tareas de acción social en escuelas y hogares que realiza con su familia, Alexia se caracterizó por romper las reglas.
Si bien no ha hecho nada grave, algunas de sus acciones preocuparon la integridad de su familia. Hace tres años, y aunque intentó mantenerlo en secreto, se abrió una cuenta de Instagram. Eso le sirvió para ver otros perfiles, conectar con sus amigos y subir algunas imágenes. Sin embargo, en cuanto se supo debió abandonarla inmediatamente ya que no está permitido para las hijas de Máxima y Guillermo ser usuarias de las redes sociales.
En cuanto se conoció que Alezia tenía un perfil privado en el que cariñosamente se hacía llamar "Aatje", los responsables de la comunicación de la Familia Real tomaron cartas en el asunto y corrigieron este hecho. Como si eso fuera poco, la joven volvió al terreno digital tiempo después con un perfil en TikTok. Allí generó un escándalo cuando los medios detectaron una imagen suya fumando pero, como era de esperarse, desapareció enseguida.
El motivo principal por el que Alexia debió borrar todas sus redes es que la familia real es muy cuidadosa respecto de su vida privada, y es muy difícil que se resguarde la intimidad a través del mundo de la virtualidad.
