Mientras Bruno (Baró) logra desenmascarar a Torcuato (Vicuña) en el Jockey Club, Lucía (Chaves) arma sus valijas para fugarse y la banda desata un nuevo robo en la mansión Ferreyra. Torcuato, ahora así, entiende todo: el amante de Lucía y el responsable de los robos era Bruno.
De regreso a su casa, Ferreyra logra interceptar a su mujer a quién le explicará su versión de los hechos: Que ella formó parte del plan de venganza de Bruno, y que el traidor que quiso matarlo en la guerra es él. Atónita y en shock, no sabrá a quién creer.
Desesperado, Torcuato intenta no perder su integridad pública y para eso toma una acción impensada: Seducirá al juez Iturbide para que lo ayude con el frente judicial que se avecina.
Mientras tanto, Raquel (Suarez) y Salaberry (Caceres) llevan a Alenka (Mansil) a un convento para protegerla. El lazo entre ellos se estrecha cada vez más, ante la mirada desesperada y triste de Moretti (Heredia).
Cara a cara
En el último capítulo de ATAV, llegó el momento tan esperado por Bruno (Baró). Mientras Lucía (Chaves), decidida a a dejar a Torcuato (Vicuña), prepara sus valijas, Ferreyra y Alicia (Funes), exultantes, acudieron a la gala del Jockey club para recibir la membresía al círculo más selecto de la sociedad.
Pero grande fue su sorpresa cuando anunciaron que un misterioso socio, será el encargado de pronunciar el discurso de bienvenida a Torcuato. Allí, Bruno, su compañero en la guerra, deja boquiabierto al hombre que le juró venganza.
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Mientras tanto, las chicas del burdel fueron liberadas y vuelven a sus casas para retomar sus vidas.
