¿Habrá un día que tomemos real dimensión de todo lo que le debemos a Domingo Faustino Sarmiento, más allá de la educación pública? Los enólogos, esos hacedores de vinos, lo tienen bien claro. Porque fue el ex presidente quien impulsó la carrera de Enología a mediados del siglo XIX, cuando un 7 de septiembre de 1862 inauguró en San Juan la Quinta Normal, que luego pasaría a llamarse Escuela Nacional de Fruticultura y Enología.
Por eso hoy es el Día del Enólogo, en homenaje al gran impulsor de la industria vitivinícola nacional.
¿Sabés qué rol ocupa un enólogo? Casi como el de un alquimista de la Edad Media. Es el “mago” que logra convertir la uva en un gran vino. No llega al milagro de Jesucristo de transformar el agua en vino, pero no deja de tener sus méritos.
Porque el enólogo carga con la responsabilidad de dirigir la elaboración del vino, así como su almacenaje, análisis, conservación, embotellado y, en algunos casos, incluso su comercialización. En síntesis, un rol fundamental para que todos podamos disfrutar los vinos que después compramos en las góndolas del súper o en una salida a comer a un restaurante.
La Argentina, que es una de las potencias mundiales en la producción y exportación de vinos, cuenta con varios enólogos muy reconocidos internacionalmente. Entre ellos se destaca Jorge Riccitelli, especialista de la Bodega Norton, quien en el año 2012 fue premiado como el mejor enólogo del mundo por la revista Wine Enthusiast.
Pero no es el único distinguido en el mundo: recientemente, Mariana Pérez obtuvo la Medalla de Plata en el Ningxia Winemakers Challenge de China. Esta enóloga de 35 años está a cargo de los vinos de la bodega salteña Finca Quara.
¿Qué vinos toman los enólogos, aparte de los que elaboran? Por supuesto, en un universo de tanta variedad, los vinos premium son los primeros que eligen estos especialistas, acostumbrados a trabajar con la mayor calidad posible.
Pero también los hay que incluyen en su lista los vinos de mesa, esos que vienen envasados en tetra brik. Matías Michelini, enólogo de varias bodegas mendocinas (SuperUco, Passionate Wine, Sophenia y El Zorzal) defiende el tinto a granel, que se acostumbra servir en el clásico pingüino de bodegón, acompañado con hielo y soda. “Lo tomo así en mi pueblo, en Tupungato, y me encanta. Es el ‘vino de la casa’, servido como lo hacían nuestros padres en la mesa familiar”.
¿Sos de tomar vino? ¿Qué clase de vinos te gustan más?
