La vista desde el Llao Llao corta el aliento. Ubicado sobre una colina, se encuentra en un entorno para enmarcar y hacer cuadro: abrazado por los lagos Nahuel Huapi y Moreno, las montañas y los bosques patagónicos de árboles centenarios. A 25 kilómetros de la ciudad de Bariloche, también cuenta con una gran historia: fue construido por el arquitecto Alejandro Bustillo en 1939, reconstruido en el año 40 después de un incendio que casi lo consumió por completo y vivió etapas de brillo y de abandono: en 1979 cerró sus puertas y recién en 1999 abrió en su actual versión, con más habitaciones y comodidades para sus huéspedes.
“El Llao Llao es un destino en sí mismo”, dice Ariel Pérez, actual chef ejecutivo de los tres restaurantes del hotel, que se puede visitar aunque uno no esté hospedado: hay recorridos guiados tres veces por semana o se puede hacer una reserva para almorzar, tomar el té o cenar allí.
La entrada, por ejemplo, puede ser un picoteo de varias delicias patagónicas: escabeche o albondigas de ciervo, magret de pato ahumado y marinado en cítricos, croquetas de hongos, mollejas. Es la antesala perfecta para los principales.
Uno de los platos más originales de la carta es el merluzón que se hornea adentro de arcilla y llega en una suerte de ladrillo que el camarero rompe en la misma mesa del comensal. Esta forma de cocción le permite al pescado conservar una textura untuosa y mantecosa, que se acompaña perfecto con un puré de batatas con queso azul. Una opción más tradicional es la hamburguesa de cordero, con queso provolone, tomates confitados, panceta y pepinillos.
Sentarse frente al gran ventanal que se interna en los lagos completa la experiencia y convierte a cualquier comida en el hotel Llao Llao en un recuerdo memorable.
Hotel Llao Llao
Av. Bustillo Km 25, Bahía Llao Llao, Río Negro.
Todos los días, mediodía y noche.
