Un partido de truco terminó a los tiros luego de que dos gendarmes se negaran a pagar las apuestas. En la localidad de Bernardo de Irigoyen, ubicado en la provincia de Misiones, dos gendarmes se convirtieron en tendencia por un hecho ajeno a su trabajo, ya que los suboficiales, que estaban de franco, resultaron detenidos después de protagonizar una fuerte pelea que se inició con un partido de truco.
Ambos agentes, que fueron identificados como Alejandro Moreira y Walter Ramírez, se encontraban jugando un partido de truco de a cuatro contra dos hermanos cerca de la 1:30 de la madrugada, cuando los suboficiales perdieron la partida y no quisieron pagar la apuesta acordada previamente, la cual era una botella de cerveza.
Esta fue la versión dada por un joven de 20 años llamado Luis Seles y uno de los hermanos que se enfrentó a los gendarmes. Estos querían irse sin pagar y algunos familiares de Seles presentes en el lugar también enfrentaron a los uniformados.
Allí, un vehículo que estaba estacionado afuera de la casa comenzó a ser apredreado por los familiares. En medio de este panorama, uno de los suboficiales disparó al suelo con su pistola reglamentaria, la cual fue secuestrada por el escuadrón policial. Tras esto, los policías llegaron al lugar y encontraron cuatro casquillos de una pistola nueve milímetros. Ambos fueron llevados a la comisaría y después entregados a un oficial del escuadrón local de Gendarmería. Después de unas horas, un juez liberó a los dos gendarmes, pero quedaron imputados en una causa por “lesiones y daños”.
