Pablo Montenegro, el asesino de Micaela Romero, la oficial de policía muerta durante un robo en Quilmes, todavía sigue prófugo. Pero las imágenes del criminal luciendo un uniforme policial y con los pulgares en alto dentro de un penal causaron alto impacto en las últimas horas, a tal punto que se viralizaron en las redes.
Muy rápido, las fotos llegaron a la Justicia, buscando no solo encontrar el paradero del homicida de la agente, quien tenía una hija de 4 años de edad, sino que también apareció la explicación de la extraña imagen vistiendo uniforme de la Policía de la Ciudad.
Relación
El delincuente, que es intensamente buscado, había tenido una relación hace un año y medio atrás con una agente del cuerpo policial porteño. Fue en ese momento en que se tomó la foto con la gorra, la campera y el cinturón de su pareja de entonces, sin que ella lo supiera.
Esto fue lo que recabó la Fiscalía que investiga el caso, luego de que personal de Desempeño Profesional de la Policía de la Ciudad indagara a la agente, quien reconoció la relación de tres meses que tuvo con el prófugo. Esto ocurrió entre fines de 2018 y principios de 2019.
“No lo volví a ver ni sé nada de su vida. Lo conocí hace más de un año y no me interesa. No quiero tener problemas con mi trabajo ni con mi pareja actual", expresó, de acuerdo con quienes la entrevistaron.
Romero, que fue custodia de la Quinta presidencial de Olivos, se encontraba en Quilmes de civil y sin su arma reglamentaria por estar con licencia médica. Fue asesinada mientras estaba comprando cigarrillos junto a un amigo. Fue ahí cuando se cruzó con los seis delincuentes.
“Le sacaron el celular y las zapatillas a este chico, Micaela no quiso entregar un celular y le dijeron ella es 'cobani' y le pegaron a secas un disparo en el pecho, la reconocieron”, afirmó Sara, tía de la víctima, en diálogo con TN.
