El hermano de Fidel Castro se jubila y Cuba define quiénes serán los encargados de seguir con la revolución. El Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC) anunciará en unos días el retiro de Raúl Castro, lo que confirmaría el ascenso al poder político de la segunda línea de dirigentes que liderará el presidente Miguel Díaz-Canel y el posible fin del castrismo.
El próximo lunes, Raúl Castro festejará sus 89 años y pasará a disfrutar del retiro. Así, por primera vez en 50 años, Cuba no tendrá a un Castro en la cima del poder. El expresidente Fidel Castro tuvo un severo problema de salud en 2006, lo que hizo que dejara el poder en las manos de su hermano Raúl, en 2008.
Tras esto, Raúl, quien no goza del liderazgo carismático de su hermano, manejó estos años de transición hacia una generación más joven y obtuvo protagonismo después de recibir en La Habana en 2016 del expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
Ante esto, el historiador cubano Haroldo Dilla Alfonso, hoy director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat, de Chile, afirmó: "Lo que se discute ahora con el Congreso es quién se queda con el partido. Ese es un elemento clave, porque si realmente Raúl sale y sale con él la vieja burocracia más conservadora, puede haber algún cambio en la manera en cómo el partido se orienta y se mueve, y en la manera en que la élite política se orienta hacia posibles cambios menores".
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Asimismo, continuó diciendo: "Díaz-Canel nos puede sorprender a todos, tal y como Adolfo Suárez sorprendió a toda la élite política española del posfranquismo, y hacer la apertura, pero lo dudo mucho; sobre todo porque, en este caso, no hay un desbande de la clase política, sino que la clase política está ahí. Ahí están los militares, ahí está el Partido Comunista. Y también, porque siempre hay esperanza de un apoyo externo que puede ser funcional".
En todo caso, el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no ha dado muestras de volver al estado de las relaciones empezadas por Obama, y si fueran retomadas, pedirá una serie de condiciones, aperturas económicas y políticas que el Gobierno de Cuba no estará en condiciones de resolver sin un fuerte costo interno.
