Adele habló abiertamente sobre las depresiones que sufrió tras el nacimiento de su hijo en 2012 y dijo que se cuestionó la decisión de haber sido madre.
"Tuve terribles depresiones posparto y eso me dio miedo", señaló la cantante de "Hello" a la revista "Vanity Fair" (edición de diciembre). "Tuve la sensación de que había tomado la peor decisión de mi vida", añadió la artista, de 28 años.
Adele relató que antes tomaba mucho alcohol, como cuando escribió su álbum "21", lanzado a principios de 2011, pero ahora se cuida más. "Ahora tengo miedo a muchas cosas, porque no me quiero morir, quiero estar ahí para mi hijo", manifestó, y contó que en la semana puede llegar a tomar dos vasos de vino.
La cantante dijo que no entiende la pasión que sienten otros músicos por las giras. "Me encantaría seguir haciendo discos, pero no me importaría nada no volver a oír ningún aplauso", aseguró.
"Salgo de gira para ver a la gente que me apoya", dijo la británica, que sigue sufriendo de pánico escénico. Al menos ya no le dan crisis que la hacen vomitar antes de salir al escenario o salir huyendo, pero reconoce que sigue sintiéndose muy nerviosa.
Tampoco se preocupa demasiado por el dinero. "Soy británica, nosotros no tenemos esa cosa de tener que ganar más y más todo el tiempo". Ahora vive en un barrio mejor de aquel en el que creció y eso es lo único que siempre ha querido conseguir.
"Me encanta ser famosa por mis canciones, pero no me gusta estar en el ojo público", asegura. "El dinero hace que la gente actúe de forma tan extraña. Es como si yo llevara encima todo el puto dinero", lamenta.
