Si bien siempre mostró una total reserva en cuanto a algunos temas, a partir de este primero de marzo se darán a conocer algunas revelaciones del Papa Francisco que giran en torno a sus problemas de salud y a su intimidad. A raíz del libro “La salud de los papas. Medicina, complots y fe”, escrito por Nelson Castro, saldrán a la luz detalles que el pontífice confió al periodista en una entrevista brindada el 16 de febrero de 2019 en Roma.
El libro recopila diálogos en los que Jorge Bergoglio explicó algunos de los problemas de salud que padeció durante su vida, como el cuadro pulmonar severo al que se enfrentó en 1957 y la neurosis ansiosa que padece. Además, en la entrevista adelantó que espera que la muerte lo encuentre en Roma. “Siendo Papa, ya sea en ejercicio o en emérito. Y en Roma. A la Argentina no vuelvo”, sentenció Francisco. En ese sentido, aseguró que la muerte es un tema recurrente en sus pensamientos, pero no le produce ningún tipo de temor.
Sobre sus cuadros clínicos, el pontífice explicó: “Tengo bastante domada la ansiedad. Cuando me encuentro ante una situación o debo enfrentar un problema que me produce ansiedad, la atajo. Tengo distintos métodos para hacerlo. Uno de ellos es escuchar Bach, porque me serena y me ayuda a analizar los problemas de una manera mejor. Le confieso que, con el correr de los años, he logrado poner una barrera a la entrada de la ansiedad en mi espíritu”. A su vez, el religioso señaló que eso “sería peligroso y dañino”, ya que las decisiones las tomaría afectado por los temores.
En cuanto a su neurosis, el Papa Francisco puntualizó que la vive como una mezcla de ansiedad y de tristeza, pero reveló que a esas sensaciones hay que “acariciarlas y cebarles mates”. “Es muy importante poder saber dónde chillan los huesos, dónde están y cuáles son nuestros males espirituales. Con el tiempo, uno va conociendo sus neurosis”, afirmó.
“Nunca me psicoanalicé. Siendo provincial de los jesuitas, en los terribles días de la dictadura, en los cuales me tocó llevar gente escondida para sacarla del país y salvar así sus vidas, tuve que manejar situaciones a las que no sabía cómo encarar. Fui a ver entonces a una señora —una gran mujer— que me había ayudado en la lectura de algunos test psicológicos de los novicios. Entonces, durante seis meses, la consulté una vez por semana”, detalló el Papa Francisco.
