¿Acaso existe en el mundo alguna mujer ciento por ciento conforme con su cuerpo? De seguro, ninguna. Aunque tenga un rostro perfecto, notará que sus piernas son demasiado cortas, y si su cuerpo es estilizado, le gustaría tener un poco más de caderas.
Griselda Siciliani, una de las más sensuales actrices argentinas, no escapa a la regla aunque se lo toma con humor. En diálogo con la revista Gente, confesó que suele ser muy dura consigo misma cuando se planta frente al espejo: "Frente a la pantalla me disfruto, ante el espejo... soy más dura. Tantos años de danza me enseñaron a ser libre con mi cuerpo, pero también más atenta y minuciosa. Sí, estoy flaca (bajó siete kilos en los últimos meses), pero me gustaría estar más entrenada".
Además, Griselda no teme hacer un punteo de sus puntos a favor y en contra en materia de estética:
- "Me jacto de mi sonrisa y mis gambas contundentes".
- "Me obsesiona a asimetría, la musculatura y las articulaciones: reviso si debería rotar un poco más la pierna o los huesos están derechos".
- "Me perdono la híper-expresividad. A veces digo: 'Pero si podría ser más linda con caras más tranquilas... ¡¿por qué tanto gesto por segundo?!".
- "Alguna vez pensé retocarme las lolas después de amamantar, pero no me animo. Les tomé cariño así, sufriditas y pequeñas. No me gustan las tetas grandes. Las cirugías tienen que ver con falencias personales, una crisis que yo no transito. Siempre voy por la vida con la misma seguridad, aún gorda como vaca o vestida como nadie esperaba".
Pura personalidad.
