Eugenia Tobal vive una vida familiar plena y feliz, junto a su pareja, Francisco García Ibar, y papá de su hija Ema, que hoy ya tiene un año y medio. Pero no son muchos los que conocen el insólito origen de la historia de amor de la actriz, ya que Eugenia siempre trató de ser muy reservada con su vida privada. Incluso cuando mantuvo una relación con Nicolás Cabré.
Pero ahora, la actriz se animó a contar la divertida anécdota del inicio de su vínculo con García Ibar, en el que su perro Romeo ocupó un rol fundamental para lograr que, como solía decir Roberto Galán en su recordado ciclo “Yo me quiero casar, ¿y usted?”, “hay coincidencia” entre Eugenia y Francisco.
EL CELESTINO
“Romeo fue el celestino porque conocí a Fran gracias a él. En realidad, Mariano Zabaleta, con quien trabajaba en 'ESPN', me habló primero de Fran porque lleva a sus perros a su campo y me lo recomendó. Le escribí varias veces y no coincidíamos hasta que un día fui, empezamos a charlar y nos hicimos amigos", empezó contando la actriz, en diálogo con La Nación.
Y prosiguió revelando que, con el papá de su hija, no hubo amor a primera vista: “El flechazo no fue inmediato. Con el tiempo nos fuimos conociendo y llegó el amor".
Pero además, Eugenia habló de las posibilidades de casarse con Francisco: “No, estamos bien así. Y naturalmente se da todo como tiene que ser", concluyó, sin confirmar si, el día que ambos decidan dar ese paso, Romeo será el encargado de llevar los anillos hasta el altar.
