Cinco delincuentes disfrazados de policía entraron a la casa de los padres del panadero Gerardo Caivano, que mató un ladrón de 17 años, fingiendo un allanamiento por la causa de su hijo y se llevaron un motín millonario: 50 mil dólares y 7 millones de pesos.
Las víctimas confirmaron a Infobae que, además del dinero, se llevaron varias armas de fuego. Sin embargo, aún no hay detenidos por el robo. La causa está a cargo de la fiscal de la UFI Nº9 de La Matanza, Andrea Palin y pidió revisar las cámaras de seguridad de la zona para dar con los delincuentes.
“Me hace pensar que realmente eran policías, tenían información, fueron muy efectivos y usaron maniobras de policías. Esas mañas solo se aprenden si trabajaste de esto”, describió un investigador del caso, por modus operandi.
Los falsos policías le indicaron al padre de Caivano que debían realizar un allanamiento por la causa del panadero y presentaron una orden con sellos que parecían ser legítimos. Por los datos del caso y de su hijo, el hombre les creyó y los dejó pasar.
Los delincuentes le pidieron que sacaran todas las cosas de valor para no entorpecer la investigación. El padre sacó una pistola calibre 11.25 marca Ballester Molina y dos escopetas calibre 16. Luego, puso el dinero en una mesa al lado de las armas. Su mujer descubrió que el allanamiento era una farsa y comenzó a gritarles para que se fueran.
Los asaltantes disfrazados de policía desenfundaron sus armas, los atacaron y siguieron revisando la casa en busca de más pertenencias. Luego, huyeron a bordo de una Toyota Hilux. Los padres del panadero dieron aviso a la policía bonaerense y tuvieron que ser trasladados a un hospital por la golpiza recibida.
