A principios de los 2000, el nombre de Germán Tripel estuvo en boca de todos porque fue uno de los privilegiados en quedar seleccionado para integrar el grupo Mambrú. Recientemente el cantante recordó que tras la separación del conjunto, que fue furor a nivel internacional, perdió el rumbo de su vida.
Así se lo contó a Gastón Pauls para el ciclo Seres libres, donde trata temáticas relacionadas a las adicciones: “Fue como un viaje de egresados emocionalmente, pero psicológicamente fue un golpe muy fuerte. Fue terrible para un chico de 23 años que te suban así y que estén todos para decirte ‘sí, está buenísimo’, y de repente que todo eso se baje, que te caigas, y que nadie esté para acompañarte, salvo la familia, que por suerte estaba”.
“A raíz de eso empecé a perder un poco la noción de lo que quería y de cómo hacerlo. Salía todos los días, consumía drogas, tomaba mucho alcohol y llegué a pensar en suicidarme”, reveló Tripel, que reconoció que le costó salir de ese problema: “Perdí los estribos, me deprimí un año, me mudé de vuelta con mis viejos y les desconé el sillón porque estaba todo el día tirado. Solo salía a entrenar”.
Germán Tripel remarcó que consumió drogas como el LSD y la cocaína y que también llegó a robarle antidepresivos a su madre, los cuales mezclaba con alcohol. “Esos picos me llevaron a querer matar a todo el mundo o a querer matarme yo”, reconoció el ex Mambrú.
“Recuerdo esos momentos con vergüenza porque me acuerdo que pensaba ‘por lo menos así me van a extrañar’. Sentir que ya no le importaba a nadie, a pesar de que estaban mis viejos, mi hermana, y mi mejor amigo, que me habían acompañado en todo el momento depresivo, pero era muy loco porque yo siempre necesitaba tener gente cerca en las salidas y cuando iba solo me pasaba eso”, explicó Germán, visiblemente conmovido. También señaló que la depresión lo llevó a actuar de forma inconsciente y a esperar la muerte en cualquier momento.
Pese a los obstáculos que atravesó y a lo que él mismo definió como el “abandono mediático”, que lo llevó a las adicciones, Germán Tripel pudo reconstruir su vida: se casó con Florencia Otero en 2011 y se convirtieron en padres de su hija Nina.
