La joven iraní que hace un tiempo publicó en Internet fotografías de sí misma en las que se la ve con una cara completamente distorsionada, había sido condenada a 10 años de cárcel luego de haber sido detenida en su país por sus actividades en las redes sociales.
Fatemeh Khishvand, más conocida como Sahar Tabar, tiene apenas 19 años y se hizo famosa tras difundir imágenes retocadas con maquillaje y edición digital en su rostro. Los usuarios de Instagram comenzaron a llamarla la “Angelina Jolie iraní” y la “Angelina Jolie en versión zombie”.
Después de haber sido condenada a prisión por los cargos de corrupción de jóvenes y por faltarle el respeto a la República Islámica, Sahar fue liberada bajo fianza a pocos días de recibir su condena oficial.
Masih Alinejad, activista y periodista iraní que había pedido justicia por la joven, escribió este jueves desde su cuenta de Twitter que Sahar Tabar salió en libertad “después de una masiva presión mediática”. La información de la liberación también se difundió a través de la agencia Tasnim.
La influencer iraní apareció únicamente en Rokna, el medio de comunicación estatal, quienes citaron lo dicho por la otra Angelina Jolie: “Lo que ustedes vieron en Instagram fueron únicamente retoques digitales que hice en computadora para crear la imagen”.
Tabar habría dicho, según informa el diario británico Daily Mail, que la manipulación digital de fotografías fue su forma de obtener fama en Instagram, algo a lo que siempre apuntó porque “quería ser famosa desde niña”. “El ciberespacio fue fácil, mucho más fácil que convertirse en actriz”, agregó la joven.
Sin embargo, los 14 meses que pasó en la cárcel y la condena que recibió cambiaron por completo su perspectiva a futuro: “Estoy segura de que ya ni siquiera pondré Instagram en mi teléfono, y mucho menos tendré una página personal”.
Algunos grupos de derechos humanos tomaron con pinzas todo lo expresado por Tabar, ya que aseguran que en Irán la libertad de expresión no se cumple. Para estos movimientos, el país cuenta con un larguísimo historial de transmisión de confesiones escenificadas, en especial en canales estatales que son administrados por el mismo gobierno.
En abril de este año, el Centro de Derechos Humanos en Irán (CHRI), cuya sede se ubica en Estados Unidos, explicó que Sahar se encontraba conectada a un ventilador luego de dar positivo para coronavirus estando en prisión.
En ese entonces, Irán era uno de los primeros focos importantes de la pandemia, y la CHRI dijo que la influencer se había enfermado gravemente en el Hospital Sina en Teherán antes de su recuperación.
Al conocer el resultado de su test, Sahar Tabar había solicitado salir de prisión para pasar al arresto domiciliario, ya que no quería “morir en la cárcel Shahr-e Rey”, un penal conocido y ya denunciado varias veces por los malos tratos a los prisioneros.
“No me parezco a estas fotos retocadas en este momento”, dijo a la televisión estatal hace unos pocos meses. Tabar negó los rumores de que quisiera parecerse a la actriz de Hollywood Angelina Jolie, diciendo en cambio que en realidad se había inspirado en un personaje parecido a un zombi de la película animada de fantasía “Corpse Bride”’.
