Gracias a su participación en tiras como El marginal, Cien días para enamorarse o El elegido, Maite Lanata cobró mucha relevancia dentro del mundo del espectáculo. Considerada una de las actrices jóvenes más talentosas, pasó por el programa Los Mammones, conducido por Jey Mammón, y sorprendió a todos con unas increíbles revelaciones.
Fue allí que Maite dio a conocer algunas cuestiones insólitas de su personalidad. “¿Sos cabulera?”, preguntó el conductor con inocencia, pero sabiendo que la joven lleva consigo diferentes ritos y rituales. Pícara, lo único que atinó a decir Lanata fue: “Turbio”, pero después profundizó con un ejemplo: “Sé que quedé elegida para la película Mía de Javier Van de Couter porque fui al casting con una camperita roja que no me la saqué desde que salí”.
Sus interlocutores la escucharon atentos cuando Maite Lanata nombró a quien la introdujo en el mundo de los rituales: su madre. “Mi mamá hacía cosas con porcelana fría, muñequería para chicos, y puse la cabecita de una nena. Hicimos todo un gualicho con mi vieja, toda una macumba para quedar”, explicó. Casi a coro, Jey y los panelistas le preguntaron si hacía macumbas. Convencida, la actriz contestó: “Sí, hago macumbas”.
Cuando Mammón indagó acerca de otras prácticas similares, Maite se remontó a los orígenes de los gualichos en su familia: “Mi vieja es muy de eso. No puede pasar por debajo de una escalera, o ve un gato negro y tenemos que dar tres pasos para atrás”.
Con respecto a su carrera como actriz, que la llevó a la fama desde una muy temprana edad, Lanata aseguró que siempre se tomó la fama con tranquilidad. “En el colegio fue todo bastante relajado. Fui a la misma primaria, la misma secundaria, y si me tenían envidia la verdad es que ni lo notaba”, aseguró.
