Invitado a Los ocho escalones, el programa de preguntas y respuesta de Guido Kaczka, junto a José Acasuso, Juan Ignacio Chela y Diego Schwartzman, Guillermo Coria relató una insólita anécdota de su adolescencia que dejó en evidencia que, antes de ser un reconocido tenista disciplinado, era un chico rebelde.
Luego de vivir algunos años en Rosario, Coria regresó a Venado Tuerto. Como aún le quedaba por cursar el cuarto y quinto año del secundario, se anotó en la escuela pública. Por entonces, lucía un largo y rubio cabello que era su orgullo y que en Rosario no le había causado ningún problema, pero en Venado Tuerto...
En el primer día de clases, la profesora que le tocó en suerte fue lapidaria: "O te cortás el pelo como un varón o lo usás recogido como una nena", sentenció.
¿Qué ocurrió entonces? Coria, que quería hacer alarde de su tozudez, asistió al colegio durante tres semanas con el pelo atado con una muy pintoresca cola de caballo, pero los compañeros se burlaron tanto de él, que terminó por dar el brazo a torcer y se cortó su tan querida y larga cabellera. Y si bien, como Sansón, no perdió la fuerza, dejó en el pasado su rubio natural que, luego del cambio de look, se volvió castaño.
