Un hombre que se encontraba en claro estado de ebriedad fue detenido en un control de alcoholemia y, ante su negativa para bajarse del auto, su mujer lo retó delante de todos.
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En las imágenes que mostraron en Mediodía noticias se ve cuando la Policía de la Ciudad lo detiene mientras manejaba y le hacen soplar por la boquilla. Luego, la agente le informa que el dispositivo registró “1,14, positivo de alcoholemia”.
“Yo te voy a decir que del auto no me voy a bajar”, le advirtió el conductor que estaba ebrio.
“Bueno, entonces voy a llamar a un móvil policial, caballero”, le contestó con mucha corrección la agente de tránsito. “Llamá a quien…”, la desafió, para luego prepotearla: “Dame los documentos… los documentos son míos”, insistió.
Justo ahí intervino la mujer, que estaba sentada en el asiento del acompañante: “Escuchame, ahora… no empecés a discutir”, le empezó diciendo, mientras el hombre le contestaba “pará, pará, pará, pará”.
“Vivo a tres cuadras de acá”, intentó negociar el conductor, para ver si así lo dejaba ir la agente.
“Está bien, pero en el momento de la detención, usted venía manejando y tiene alcoholemia positiva, 1,14”, le contestó. Y luego, ya fuera del vehículo, les dijo a los policías que estaban en el lugar: “Pago lo que tenga que pagar, pero dame los documentos. Necesito el auto, ¿me explico? El auto es mío y necesito…”.
“Queda remitido el vehículo”, fue la respuesta de uno de los agentes, mientras el hombre se seguía negando.
El reto de la mujer
Fue ahí que la pareja del conductor se cansó de la discusión y comenzó a retarlo: “Ahora jodete. Ahora esperá que ellos hagan lo que tengan que hacer, te dan el documento y nos vamos”, le dijo.
“Vivo a tres cuadras, me vienen a romper las pelotas con esto”, le dijo a los policías, mientras le aclaraban que, con ese nivel de alcoholemia, podía “matar a alguien”. “No, pero eso es para los giles”, les respondió sobradoramente. “Pasa que usted está tan ebrio que no entiende lo que le decimos, es grave lo que hizo”, le contestaron, mientras se reía.
“Dejá el freno de mano y vamos a casa, sé adulto, dejale las cosas y vamos, aguantátela”, le volvió a decir la mujer, quien empezó a caminar hacia la casa, seguido por el hombre 100 metros más atrás.
