Un 22 de mayo, Federico llegaba a la vida de Mónica Ayos. En un difícil contexto de violencia de género y a sus 19 años de edad. Cada cumpleaños de su hijo, a Mónica le recuerda las complicadas situaciones que atravesó en el pasado y cómo logró superarlas.
En sus redes sociales, le escribió un cálido saludo a Federico. "Tenía 19 años cuando fuí mamá por primera vez. Hoy, cumple años el ser que con su llegada, sin saberlo, me mostró el camino menos errático y más feliz. Fuiste luz en la oscuridad, fuiste ese faro que me guió para estar a la altura de semejante desafío, ser tu mamá, nada más y nada menos. Feliz cumple", comenzó la actriz con un tierno video de su hijo.
"Hijo de mi vida, que tus 28 años rompan con todos los moldes preestablecidos, mandatos, patrones y herencias de pasados dolorosos, que las bendiciones del universo te colmen y te protejan del mundo caótico al que te traje, sabiendo de tu fuerza para atravesarlo y de tu sabiduría para disfrutarlo. Por mi parte, siempre cerca y dispuesta a romper juntos los muros necesarios para seguir avanzando. Te amo tanto. Gracias por todo hijo. Por TODO. Mamá", finalizó Ayos.
Después de años de maltrato, de violencia, de golpes, Mónica pudo contar su historia de vida: "Dos años en total. Con mucha violencia, un año y medio. Al principio parecía todo ideal. Dejó de serlo. Patadas a la panza y amenaza de suicidio", reveló.
Mario, la primer pareja de Ayos, la que la sometió a vivir esos tormentos, finalmente se quitó la vida. Pero ella salió adelante con terapia y con la ayuda de su hijo: "A los 19 se me imprime la cuota de inexperiencia. Salís ciega. La brújula la tenés rota, vas tanteando, hasta que empezás a confiar, a pisar terreno más firme. Se empieza a poner nítida la imagen y recién ahí te sacás la venda. Empezás a reconocerte. Uno también genera cierta resistencia y se hace fuerte. Yo ya no soy ésa. Uno es el mismo ser, pero yo a esa nena de 19 la veo muy lejana. Capitalicé todo lo aprendido. Tengo otra realidad, hace así dos décadas que estoy con Diego, bases sólidas, mucha armonía, casi no quedan rastros de esa choca que pensaba que no merecía ser bien tratada. Encontré mi camino, mi carrera, mi hijo creció saludable, tuve otra hija maravillosa, me enamoré, ensamblamos".
