A mediados de marzo el nombre de Mónica Gonzaga trascendió en los medios de comunicación debido a un episodio que tuvo a su hijo, Adriano Sessa, como protagonista. Según destacaron los medios y autoridades de Uruguay, el joven fue denunciado por haber organizado una fiesta clandestina en medio de la pandemia por coronavirus.
Según informó la radio FM Gente, la celebración contó con la participación de 500 personas, violando así las restricciones que establece el protocolo para reuniones sociales. Además, de acuerdo a las fotografías, tampoco se cumplió el distanciamiento social. El Ministerio del Interior de Uruguay tomó frente al hecho la determinación de expulsar del país al joven de 22 años.
En su momento, Mónica Gonzaga defendió a Adriano apelando a que era solamente una reunión chica de cumpleaños que después se “sobrepasó”, pero más allá de eso no discutieron la determinación del país vecino, hasta ahora. Por haber violado la cuarentena, la ex actriz y su hijo se verán obligados a pagar una multa de 23 mil dólares, es decir, tres millones y medio de pesos argentinos. Tras conocer el valor de la penalización, Gonzaga denunció que su hijo está siendo “perseguido” y se mostró indignada frente a la suma.
“Aquí se hizo una reunión. Adriano me pidió festejar el cumpleaños de un amigo, con unas 20 personas. Hicieron unas hamburguesas a la parrilla. Vivimos en la playa, nuestro frente es la rambla, la rambla es de Prefectura. En esa convocatoria que se hizo, los chicos hacen flyers”, explicó Mónica en diálogo con Intratables, y sumó: “Siempre vienen pocas personas, pero esa noche empezó a caer gente de todas partes por el lado de la playa. Cuando vi la cantidad de gente que había desde mi ventana, le pedí a los amigos de Adriano que llamaran a la policía urgentemente”.
Según la mujer, los chicos “no supieron manejar la situación” y por eso se terminó con la expulsión de Adriano de Uruguay.
