Diego Aira, oriundo de la localidad de San Justo, Provincia de Buenos Aires, es profesor de inglés, está en pareja con Marcela y es fanático del rock pesado.
Pero este hombre de vida aparentemente sencilla y normal, acaba de convertirse en leyenda: ¡ganó el Rosco! Tras haber participado de 64 emisiones de Pasapalabra, Diego Aira se convirtió en el flamante destinatario de los $1.300.000 de premio.
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Eltrecetv.com habló con él minutos después del triunfo, para compartir toda la emoción del gran logro:
—¿Cómo sabés tanto?
— Es un poco de todo... Son años de interés por la lectura, por un lado, por la carrera, que estudié, pero siempre me gustó la lectura, las novelas y de ahí me quedó mucho en el archivo, y después tengo una cosa medio de traga, siempre me gusto leer el diccionario. Desde chico, el diccionario me atrajo como un libro, siempre fui de leer palabras, siempre me gustó saber las deficiones de las palabras. Me gusta el libro en papel, el libro como objeto.
—Más allá de haber ganado, ¿sentías que era momento de cerrar un ciclo en Pasapalabra o hubieras seguido en el programa?
—Muchos decían este sigue jugando porque está cómodo, no quiere ganar por la plata que se lleva… Había medio un folclore ahí, pero no; igual siempre lo tomé con humor y siempre me parecía entretenido. Pero la verdad es que, sinceramente, yo ya estaba contento con que me hubieran llamado para participar. Es más, nunca se me hubiera ocurrido anotarme, fue idea de Marcela, mi novia, que veía cómo acertaba las palabras cuando miraba el programa en casa.
—¿Qué vas a hacer con la plata que ganaste?
—Estamos planeando un viaje, ese siempre fue el primer destino para el dinero.
—¿Cómo fue el festejo tras haber ganado el rosco?
—Fue íntimo, muy emotivo, en familia. Porque durante todo este tiempo, las alegrías pero también las frustraciones cuando no podía ganar el rosco, hicieron que el festejo fuera muy emotivo. Festejé el día que lo gané, pero no podía decir mucho y también festejé hoy, durante la emisión, lo vimos con la familia y fue a todo trapo.
—¿Cuál es la palabra que no pudiste acertar y hasta el día de hoy te acordás?
—Traqueotomía y mecenas, que tartamudeé; también, me quedó muy marcada el apodo del artista callejero Banksy, que mi novia que es fanática, y no me lo acordé… Son las palabras que uno sabía y que en ese momento te las olvidás, como el apellido de Vito Corleone en El Padrino, esas son las que más duelen.
—¿Qué se siente haberse convertido en un hito de permanencia en Pasapalabra?
—Nunca fue buscado ni siquiera mi idea era romper ningún rédord. Se fue dando, pero es un orgullo, un honor. Sobre todo por haberlo ganado, después de tanto sacrificio… Y ahora hay que volver a la vida cotidiana, tengo un poco de abstinencia, voy a extrañar.
