La pandemia de coronavirus trajo consigo un enorme costo económico para las pymes argentinas. Las peluquerías, fue uno de los rubros más castigados en los últimos cuatro meses y muchos se vieron obligados a trabajar de forma clandestina para mantenerse económicamente. El día finalmente llegó y los negocios reabren con estrictos protocolos.
Estos establecimientos vuelven a abrir sin sus clásicos: ni carameleras, ni revistas, ni cafés. Esta vez, atenderán con turnos programados para evitar el contacto entre clientes, alfombras y trapos sanitizantes para los pies, termómetros para controlar temperatura, protectores plásticos para objetos personales, una certificación jurada firmada por el cliente que certifique que no tuvo síntomas durante los últimos 15 días y rociadores con alcohol. Ese será el nuevo panorama que enfrentan las peluquerías para poder abrir y comenzar a retomar de a poco la actividad.
En algunos casos, para los que pudieron realizar más inversión, se utilizarán biombos plegables transparentes para evitar el contacto entre cliente y cliente o para la realización de manicuría. En todos los casos, se deberán utilizar barbijos como está establecido obligatoriamente en todo el territorio.
Se calcula que en AMBA, antes de la pandemia, había 15 mil peluquerías en las que trabajaban 8 mil peluqueros. Hubo muchas que cerraron pese a los insistentes reclamos. Pero uno de los graves problemas que mantiene alerta a las autoridades es que el 40% de los peluqueros viven en la provincia de Buenos Aires por lo cual, deberán trasladarse hacia Capital Federal utilizando el transporte público, uno de los lugares donde es más probable el contagio persona a persona.
Otros cuidados
Los peluqueros deberán tomar nuevos recaudos a la hora de atender. Esta vez, ya no podrá atender a dos personas al mismo tiempo sino que habrá un peluquero por persona con sus propias herramientas de trabajo que deberá sanitizar previamente y posteriormente. Se deberá garantizar el espacio de 15 metros en cada uno y no se puede compartir productos. Por último, el salón debe contar con un cartel visible en la entrada donde se recomiende los métodos de prevención del coronavirus y los lugares de espera deberán tener un espacio de 1,5 metros entre cada persona.
El protocolo ya funcionó en algunos municipios de la provincia de Buenos Aires, Córdoba y en Rosario, donde hubo tres contagios de Covid-19 pero la mayoría aceptó las nuevas condiciones.
