Es una de las zonas oscuras que todavía permanecen en la causa sobre el salvaje homicidio de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell. Nadie sabe bien quién fue de los diez acusados el que denunció como cómplice a Pablo Ventura, un remero de la ciudad de Zárate que había sido hostigado en más de una ocasión por varios de los rugbiers que asesinaron a Fernando.
La participación de Ventura en el crimen del joven fue comentada por algunos investigadores, quienes habrían recibido su nombre como respuesta cuando les presentaron a los imputados una zapatilla con sangre. “Es de Pablito Ventura”, dicen que les contestaron, pero nadie pudo precisar quién de los diez rugbiers lo incluyó.
Luego, pocas horas después, comenzó el calvario para el joven remero, cuando efectivos de la Policía Bonaerense se presentaron en su domicilio y lo arrestaron para llevarlo a Villa Gesell junto a los demás detenidos.
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En total, fueron cuatro días hasta que la fiscal a cargo de la causa, Verónica Zamboni, aceptaba las pruebas que le aportaban el abogado de la familia Ventura, Jorge Santoro, y varios testigos que afirmaban haber estado con Pablo en Zárate durante la noche del crimen. Finalmente, el remero fue liberado y sobreseído de la causa.
En cuanto al expediente, solo afirma en la foja 38 del primer cuerpo que “A esta altura y de averiguaciones practicadas, se deja constancia que se pudo establecer que habría otro sindicado en la investigación de nombre Pablo Ventura, quien se habría retirado del lugar abordando un vehículo Peugeot 208 de color blanco antes del personal policial, cerca de las 7:30 horas, por lo cual y teniendo en cuenta directivas del agente fiscal se implementa operativos de seguridad en los accesos de entrada de Villa Gesell y en rutas desde este medio hasta la localidad de Zárate”.
Con el paso de los días, se pudo comprobar que esa versión era falsa y que Ventura no había estado en Villa Gesell junto con los demás imputados.
Por ahora, el abogado de la familia Ventura está evaluando una posible demanda contra los rugbiers por daños y perjuicios, tras imputarlo falsamente. Pero todavía se sigue sin saber quién tuvo la macabra idea de involucrarlo en el crimen de Fernando.
