De todos los ritmos que se deben superar en el Bailando para llegar a la final, el clásico es, sin dudas, uno de los estilos más complejos. En esta danza, las actuaciones y disfraces poco podrán hacer a la hora de demostrar técnica y refinación. Las parejas que participan del certamen son conscientes de esta dificultad, y es por ello que se preparan de manera especial para superar la durísima prueba.
Cale Ruggeri, una de las revelaciones de la temporada, no puede estar más contenta con este estilo. Su físico privilegiado y su elegancia natural la convierten en una de las participantes que más expectativas genera.
Gisela Bernal, por su parte, tiene con qué hacer frente a este desafío. Como bailarina profesional, la técnica está. La artista sólo tiene que rogar que su vida privada no le juegue una mala pasada a la hora de su presentación.
Luego de su regreso de Nueva York, Barby Franco admite no saber demasiado de la emblemática ciudad de los Estados Unidos, pero sí se muestra confiada para afrontar el clásico, ya que, según su criterio, tiene al “mejor maestro del mundo”.
Por otro lado, Lourdes Sánchez se perfila como una de las más beneficiadas por este ritmo. Profesora de este estilo y acompañada nada menos que por Fernando Dente, la presentación de la novia del “Chato” Parada es, sin dudas, una de las participantes que más promete.
“El Tirri”, desde otra posición, se prepara a su manera. El primo de Marcelo Tinelli confía en que el afecto de sus amigos lo inspire en su presentación. Luciano sigue al pie de la letra aquella premisa que reza: “Panza llena, corazón contento”. En cuanto al baile, aún sigue buscando una regla que se aplique a su particular manera de ser.
