Cinthia Fernández armó las valijas y se fue junto a sus tres hijas a Ecuador, donde su marido, Matías Defederico, integra el plantel de la Universidad Católica de Quito. Hace una semana, la familia se agrandó por la llegada al hogar de un perrito, que la propia bailarina presentó en las redes sociales.
Increíblemente, la publicación recibió comentarios que criticaban su decisión argumentando que sus revoltosas niñas representaban un peligro para la mascota. "Lo van a hacer mie*** al pobre animal", "¿Y cuando regreses a la Argentina lo vas a traer o lo vas a dejar por ahí?", "¿En Chile no tenía un gato? ¿Qué hizo con el pobre bicho?", fueron algunos de los mensajes que le dejaron.
Días después, la exparticipante del Bailando compartió un video de una de las melli jugando con el cachorro y también "la mataron" porque en un momento la pequeña, quien estaba jugando con una masa que tentó al animal, le dice "no se come, bol***".
Como si esto fuera poco, también le recriminaron un chiste que hizo, en el que contaba que le habían vendido un perro trucho porque mordía y se quería tomar el agua del balde para limpiar.
Harta de los deditos acusatorios, Cinthia explotó en Instagram, donde publicó una foto del pichicho y escribió un descargo. "Me secé la mente la gente tonta que no entiende una humorada! Byeeeee no comentó nada green peace. A algunas personas de las redes en cada foto hay que mandarle un manual explicativo. Es joda es cierto", expresó.
