Sofía Zámolo y su marido José Félix Uriburu se convirtieron en padres el pasado viernes. La modelo recibió la llegada de su beba, California Uriburu Zámolo y durante el fin de semana publicó la primera foto a través de las redes sociales. Después de haber pasado todo el embarazo en contacto con las mamás que están del otro lado de la pantalla, explicó cómo eligió el particular nombre de su hija.
"29 de marzo 2018. Ese día elegimos el nombre California caminando por el muelle de Santa Mónica. Si algún día teníamos una hija mujer se iba a llamar California", explicó en una foto junto a su marido sonrientes.
Luego agregó: "Nos gustó Cali primero, pero California nos encantó. California es derivado del árabe "Khalifa". Abundancia, sucesora, líder. Nuestra pequeña reina Califia".
Este fin de semana publicó su primera foto con su hija y reveló el mar de sensaciones que está viviendo en este momento: "BIENVENIDA CALIFORNIA URIBURU ZAMOLO a nuestras vidas. Gracias por sus infinitos mensajes de amor y de bienvenida a nuestra hija. Estamos conociendo un mundo nuevo, una locura de amor, explosión de sentimientos como nunca antes imaginé en mi vida. Gracias y más gracias por todo el amor que nos mandan. Llega y se siente. GRACIAS por esta bendición".
Por otro lado, compartió una imagen amamantando a su hija después de tanta espera, a pura emoción: "Acá, al otro lado de la piel y con una emoción que sobrepasa el cuerpo".
La dificultad de quedar embarazada
Sofía Zámolo buscó por muchos años quedar embarazada. En varias de las entrevistas que le realizaron, el deseo de ser madre estuvo siempre presente pero evitaba hacer referencia al tema por la angustia que le provocaba.
En una entrevista, habló de cómo logró concretar su deseo de ser mamá: "Por ahí antes no había encontrado el momento ni la persona con quien hacerlo… Recién fue en el último tiempo de la relación que decidimos tener hijos. Buscar un hijo no es un camino tan fácil. Uno cree que empieza y enseguida va a llegar y de repente te llevás la sorpresa de que no es así, que no es ni tan rápido, ni tan fácil. Hay cosas que uno cree que puede planear en la vida pero que las termina decidiendo Dios. A nosotros nos tocó un camino más largo. Te empezás a someter a estudios, súper invasivos, dolorosos y con los que no la pasas bien. Realmente hay que entender que uno no empezó a buscar un hijo a los 20 años. Después de los 35 es otra edad y yo empecé a buscarlo más o menos en ese momento".
"Sufrí en silencio y pasé momentos de angustia y dolor hasta quedar embarazada. Te agarra incertidumbre, miedo, algo que no es bueno porque te paraliza y frena. Todo el estrés que te genera el no quedar embarazada aumenta todavía más estrés… Es un círculo vicioso. Uno no se relaja con el tema y quiere controlarlo y es peor. Hasta que en un momento decidí relajarme un poco. También consulté con médicos y me recomendaron que tome vitaminas naturales", afirmó.
Por último, su acercamiento con la fe: "Ese era el primer paso, porque después vienen todos los otros, como los tratamientos y las estimulaciones ováricas. Algo para lo que estaba dispuesta. Pero me encomendé a la Virgen de la Medalla Milagrosa, en la que creo y a quien rezo mucho. Fue como decirle, 'Lo dejo en sus manos'. Y que sea cuando tenga que ser. Y no voy a pedírselo, ni a esperarlo más. La maternidad no tiene que ser un mandato, ni una necesidad. Hay que ser paciente, tener tolerancia. Son caminos difíciles".
