Un hombre murió después de ser arrestado por escuchar la música demasiado fuerte. Un anciano había sido detenido en dos ocasiones después de haber alegado que no escuchaba por un oído y que por eso escuchaba la música a tan alto volumen. Sin embargo, este hecho representaba una pesadilla para los vecinos.
Ian Trainer era un octogenario amante de la música clásica que se veía obligado a escucharla a todo volumen debido a la pérdida de audición de uno de sus oídos, lo que representaba una situación molesta para sus vecinos, quienes residen en un barrio en Merseyside, en el oeste del Reino Unido.
Fue así como su condición de salud lo llevó a enfrentarse en diversas oportunidades con el consorcio de su edificio, quienes consideraban que todos los días era una pesadilla debido a la “contaminación acústica” que emanaba desde su departamento, y afirmaban también que la música superaba los decibeles y horarios permitidos por la ley.
Después de la primera denuncia, Trainer, de 83 años, perdió el caso ante la Justicia y fue arrestado por 24 semanas. Pero cuando logró recuperar su libertad, fue advertido de moderar el volumen de su radio. Sin embargo, al regresar a su casa, hizo caso omiso y nuevamente, fue llevado ante un juez y retenido por los policías. Sin embargo, la segunda vez falleció en un hospital mientras estaba detenido.
Según la información publicada por el medio The Liverpool Echo, este hecho había dividido a los vecinos, quienes cuestionaban el trato que había recibido el octogenario, a pesar de su lesión auditiva, así como también reprocharon que sus últimos días los hubiera pasado privado de su libertad.
En tanto que otros defendieron su postura afirmando que este hombre había sido advertido ante sus reiteradas faltas y no quiso cambiar de actitud.
A todo esto, desde el Ministerio de Justicia lamentaron: "Este pobre hombre debería haber sido tratado por sus oídos. Su salud mental debió haber sido analizada para saber por qué siguió infringiendo las restricciones".
