Una enfermera decidió amputar el pie de un paciente sin permiso con el objetivo de exhibirlo en la tienda de taxidermia de su familia.
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El aberrante caso ocurrió en el Centro de Salud y Rehabilitación de Spring Valley, en el Estado de Wisconsin (norte de Estados Unidos), donde Mary K.Brown extrajo el pie congelado de un paciente de 62 años, que había fallecido pero de quien no se informó su identidad.
La enfermera fue acusada de abuso físico de una persona mayor, provocando gran daño corporal y caos. En el informe que recibieron los investigadores tras enviarle el cuerpo al forense por “las circunstancias inusuales de su muerte”, éste les advirtió que un pie estaba separado del resto del cuerpo.
La víctima se había caído en su casa cuando se quedó sin calefacción, lo que le provocó “congelación severa”. Brown se defendió de las acusaciones indicando que lo había seccionado por el “estado calamitoso de los pies”.
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La enfermera había dicho para qué le cortó el pie
En el hospital adonde había sido trasladado el hombre, las enfermeras lo visitaban frecuentemente y creían que iba a morir pronto. Incluso antes de que se realizara la amputación, el director de enfermería declaró que el paciente estaba “muerto, con mal olor y sujeto por un tendón”.
De acuerdo con la investigación, Brown habría usado tijeras para cortar el tendón, sin una orden médica. Acto seguido, colocó el pie seccionado en una bolsa en un freezer.
Una colega de la acusada testificó que ella le había dicho que se quería llevar el pie a su casa y “revestirlo con epoxi”. Y que su intención era llevarlo a la tienda de taxidermia de su familia para exhibirlo con un letrero que dijera “Usen sus botas, niños”. Tras descubrirse el crimen, la enfermera fue despedida del hospital y ahora enfrenta una posible condena de hasta 40 años de prisión.
