Según informaron los medios locales de Canadá hace unos días Rodney Baker, ex director ejecutivo de la compañía de casinos Great Canadian Gaming, y su esposa han sido acusados de violar las reglas sanitarias del país tras viajar a la comunidad rural de Yukón para recibir antes la vacuna contra el coronavirus.
John Streicker, el ministro de Servicios Comunitarios del Yukón, explicó que la pareja llegó a Whitehorse, la capital del territorio, el pasado 19 de enero. En lugar de cumplir con la cuarentena obligatoria de 14 días que propone el gobierno tras los traslados, los Baker tomaron un avión hasta Beaver Creek, una localidad con pocos habitantes que se encuentra al límite de la frontera con Alaska, Estados Unidos.
Allí, sin ningún tipo de impunidad, acudieron a un centro móvil de vacunación que estaba administrando a los lugareños las primeras dosis de la vacuna Moderna. La excusa utilizada para poder aplicarse la inyección fue que eran los nuevos empleados en el hotel rural de la zona. De acuerdo a lo informado por los medios, las comunidades rurales de Yukón tienen prioridad en la agenda de vacunación ya que, al vivir a horas de distancia del hospital más cercano y por la falta de recursos, son más vulnerables y propensos a contraer coronavirus.
Gracias a los formularios de declaración de entrada, la policía local logró identificar a los Baker como directores de la empresa de entretenimientos y no como empleados de un hotel. Después de acudir al hotel donde se suponía que debían haberse autoaislado, los oficiales descubrieron que ya se habían marchado y más tarde localizaron a la pareja mientras se preparaba para tomar un avión con el que salir del territorio.
El matrimonio fue acusado de violar la Ley local de Medidas de Emergencia Civil, que contempla una multa de unos cientos de dólares y hasta seis meses de cárcel. Los habitantes de la región canadiense, indignados, expresaron su descontento con la sanción, ya que para ellos unos pocos dólares no significa mucho dinero: la organización de comunidades indígenas locales White River First Nation emitió un comunicado en el que condenó las acciones de Rodney Baker y su esposa y pidió penas más severas para ellos.
Tras darse a conocer el incidente, Rodney Baker renunció a su puesto como director ejecutivo de la Great Canadian Gaming Corporation.
