El hecho sucedió el pasado jueves en la localidad malagueña de Campanillas, España. Mientras buscaban un lugar en el que dormir, una pareja de okupas forzó la puerta de un inmueble, pero en su interior hallaron una desagradable sorpresa: tendido sobre una cama, encontraron el cadáver prácticamente momificado del que parece ser el morador de la casa.
Según las fuentes policiales consultadas por Diario Sur, el cuerpo pertenece a un hombre de 80 años y no presentaba ningún indicio de haber sufrido violencia antes de fallecer. El avanzado estado de descomposición del cadáver da a entender a los investigadores que la muerte habría tenido lugar hace semanas.
La vivienda mostraba algunos signos de abandono, al tiempo que se encontraron también residuos acumulados. En la entrada hallaron un auto abandonado, y según los investigadores, podría pertenecer al hombre fallecido. Los expertos aún continúan intentando determinar la identidad del sujeto.
Todo apunta a que el hombre murió solo y por causas naturales, aunque las autoridades no descartan otras hipótesis hasta disponer de los resultados definitivos de la autopsia, prevista para el viernes 5 de febrero. La misma tendrá lugar en el Instituto de Medicina Legal (IML) siempre que el cadáver dé negativo a la prueba PCR para detectar la presencia de la Covid-19.
El caso está a cargo del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, y se inició cuando los propios okupas llamaron a la policía para notificar su descubrimiento. A la llegada de los agentes, tuvieron que admitir que habían acudido a esa casa con la intención de instalarse en ella, ya que no disponen de un techo bajo el que vivir.
