Wanda Nara mostró que no todo lo que se ve de su vida es solo lujo, glamour y sofisticación. Si bien la mediática se dedica a publicar fotos de su vida en un departamento de primer nivel, sus viajes en jet privado y la colección de prendas y carteras de las marcas más cotizadas del mundo, también hay un lado B que no es tan glamoroso y que la modelo no se preocupó en ocultar.
De hecho, la esposa de Mauro Icardi mostró que su día a día también se asemeja al de cualquier madre con hijos, sobre todo si son fanáticos del fútbol y van a una escuelita a practicarlo.
Para quienes le viven diciendo en las redes “Otro día más sin ser vos”, exhibiendo el costado más aspiracional de la vida de la empresaria, también existe una realidad que no es tan placentera, como esperar durante seis horas a sus hijos a que terminen sus clases de fútbol infantil.
CARA DE ABURRIDA
En una serie de videos que Wanda publicó en sus historias de Instagram, se la puede ver con cara de aburrida y cansada por la espera, acompañada por su hija menor, Isabella, que parece no hartarse por el programa.
“Acá estamos con Isi esperando a los nenes, como todas las tardes. ¿Te divierte esperar a tus hermanos? ¿Me das uno?”, le pide a la pequeña, quien está tomando mate.
Luego, dirigiéndose a Benedicto, el menor de los tres varones que tuvo con Maxi López, le dice, medio en tono recriminatorio: “Son casi las 7 y estamos acá desde la 1. ¿Te parece normal tantas horas de fútbol?”. Y, para terminar, se acercan los tres al final de la práctica: “Son las 7 menos 20, dijeron no sé cuántas horas. ¿Vamos niños?”, a lo que todos asienten, cansados por el ejercicio.
