En el partido de Morón, Policías en acción sigue la ruta de una patrulla de la Policía Bonaerense que se desplaza por un llamado al 911 con una denuncia gritos y golpes. Al llegar a un edificio de pocos pisos, un efectivo le pregunta a una vecina: “¿Ustedes escucharon un pedido de auxilio, gritos?”.
“Se escuchan gritos”, le contesta y le indica el lugar exacto de dónde provienen. De esta manera, el agente ingresa a la edificación, va hasta el departamento de donde surge el griterío y se presenta en la puerta, donde un joven la abre desde adentro.
“Yo soy el papá”, se presentó en ese preciso instante otro hombre. “¿Pasó algo?”, le preguntó al agente.
“Sí, habían llamado como que gritos, que estaban pidiendo auxilio”, le explicó.
“No, yo fui a comprar y este está jugando a la Play”, le contestó el padre, justo cuando se vuelven a oír gritos de un hombre desde adentro: “¡Noooo, noooo, noooo!”, donde claramente se trataba de alguien participando de un juego online.
“Los vecinos se ve que se asustaron”, le dijo el policía. “No, está bien, tranquilo. Yo fui a comprar, tengo todo ahí en el auto, pero no busqués, vivimos acá y no hay nada”, fue la respuesta del padre, y agregó: “Me cagué todo, vengo de comprar y veo todos los patrulleros”.
“Los vecinos escucharon gritos”, insistió el agente.
“No, está bien, es algo que lo hablo todos los días. El grito es de mi hijo jugando a la Play, y el pelotudo de mi hijo de 12 años”, volvió a explicar.

Lo que oyeron los vecinos del Rey de la Play
“Piñas se escuchaban contra la pared”, le advirtió un vecino, ya en la calle.
“No, piñas no creo”, esgrimió el hombre como defensa.
“Yo tengo el baño arriba, grita una mujer”, le insistió el vecino.
“La señora me dijo que era el chico que estaba con el jueguito”, terció el agente, dando por finalizado el incidente.