Wanda Nara reapareció ante las cámaras luego de un fin de semana complicado tras un viernes caótico en el Chateau Libertador tras el conflicto con Mauro Icardi y la custodia de sus hijas, Francesca e Isabella.
En una nota con Puro Show, la mediática apareció con L-Gante y habló de su situación. “No se puede hablar del tema, pero todo lo que se dijo no fue real”, dijo la mediática quien también habló sobre el vínculo con el cantante de cumbia.
“El destino siempre nos une”, dijo L-Gante. “Yo lo quiero un montón a él”, acotó Wanda y en ese momento sorprendió con un detalle inesperado.
Buscando un pañuelo en su cartera, Wanda interrumpió la nota y dijo: “Mirá lo que tengo acá”. En ese momento las cámaras enfocaron una foto de L-Gante que Nara sacó de su cartera. “Brujería”, acotó con humor y entre risas cómplices.

Revelan qué le dijo a Wanda Nara la psicóloga policial para que deje que Mauro Icardi se llevara a sus hijas
Wanda Nara aceptó finalmente entregarle sus dos hijas, Francesca e Isabella, a su padre, su expareja Mauro Icardi, el viernes pasado, tal como se lo había exigido la Justicia. Pero antes se vivió un nuevo escándalo en medio de la entrega, que se pudo resolver gracias a la intervención de una psicóloga especializada en manejos de crisis.
Todo se desmadró cuando la conductora se resistió a la entrega de las menores que, tras el fallo judicial por el régimen de visitas, debían pasar una semana con el futbolista antes de su partida a Turquía para reincorporarse al Galatasaray.
Fue así que, para destrabar la difícil situación y tras varias horas de tensión durante las cuales la empresaria hizo de todo para evitar que sus hijas fueran con su ex, intervino una psicóloga policial que tuvo las palabras justas para convencer a Wanda, de acuerdo con lo que reveló la periodista Yanina Latorre en su programa Sálvese quien pueda.
“La profesional fue muy clara con Wanda. Le dijo que, si seguía intentando demorar el encuentro o si elevaba el nivel de tensión, eso iba a perjudicarla más adelante”, contó Latorre.
Y prosiguió: “La psicóloga le marcó que, si no colaboraba, su comportamiento podía ser interpretado como obstrucción y no era favorable para ella ni para las nenas”.
“Ella estaba destruida, llorando, pidiendo más tiempo. No lo hacía desde el capricho, lo hacía desde el miedo, desde la emoción”, agregó Yanina, y explicó que la intervención de la psicóloga fue clave para lograr la revinculación de las nenas con el jugador.