Araceli Torrado, expareja de David Nalbandián, radicó una denuncia por acoso y hostigamiento contra el extenista, a quien acusa de haber instalado una cámara en la que casa que compartían para espirarla.
“Ante las consultas que estoy recibiendo por los hechos de los que resulté víctima y que tienen como autor a David Nalbandian, quiero informarles que estoy llevando adelante las acciones judiciales penales y civiles correspondientes. Gracias por preocuparse y brindarme su apoyo en este momento”, escribió en sus redes sociales.
Según consta en un audio que es parte de la causa, Nalbandián reconoció haber colocado la cámara en el ventiluz del departamento en el que convivían.
Ella tomó la decisión de terminar la relación en abril. Sin embargo, por motivos económicos siguieron compartiendo el departamento y él la llamaba constantemente.
Un par de meses después, Araceli descubrió la cámara, que apuntaba directamente a la cama y era controlada por wifi. Y, si bien aún no se pudo determinar si llegó a trasmitir imágenes o no, Nalbandián sostuvo que no pudo verla por un problema de Internet.
“Tenemos elementos para sostener que Nalbandián usó esa cámara para ver imágenes de forma remota. Tal es así que en alguna oportunidad le preguntó a Araceli si no se pensaba levantar en todo el día”, explicó Martín Olari Ugrotte, el abogado de la denunciante.
“Solicitamos una serie de medidas para intentar obtener las grabaciones, si es que las hay, porque principalmente emite transmisiones en vivo. Viola el derecho a la privacidad, ella lo manifiesta en los audios. Su única justificación es que quería tratar de entenderla. Hay elementos para avanzar en medidas probatorias. Si se difundieran esas imágenes, lo cual sería peor, Nalbandian sería el único responsable”, se explayó el letrado.
“Nosotros solicitamos la restricción de acercamiento porque es evidente que esta persona no reconoce límites. La Justicia, por el momento, basada en las cuestiones técnicas entendió que no están dados los requisitos para dictar una medida, cuando todos sabemos que deben hacerlo inmediatamente creyéndole a la víctima. Ella se está escondiendo, se mudó porque no tiene la protección que debería garantizar la ley. Quizás esto sea una oportunidad para que suceda”, concluyó al respecto.
Vale aclarar que la Fiscalía 18 de la Ciudad de Buenos Aires archivó el caso, aduciendo que los mensajes de Nalbandián y la cámara no constituían un delito. Sin embargo, dejó abierta la puerta a que la causa continúe si se presentan nuevas pruebas.
