En la provincia de San Juan se descubrió un cementerio donde hay entre 300 y 500 cuerpos de caballos faenados clandestinamente, los cuales pueden terminar en las carnicerías y de ahí en la mesa de todos los sanjuaninos. “Lo sabe toda la provincia, esto es lo más sorprendente”, afirmó Gustavo Barco quien viajó a Angaco con Telenoche para averiguar más sobre este tema.
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Angaco se encuentra a unos 20 kilómetros de la capital sanjuanina. “Aquí se descubrió un cementerio de caballos y un conjunto de ilegalidades que puso al descubierto este cementerio, aparte de la faena clandestina de caballos”, detalló el periodista en el informe y aseguró: “Acá hay más de 500 esqueletos”.
“Hay leyes que protegen a estos animales y no se cumplen. Hay gente que hace daño en una zona donde el yeguerizo es parte nuestra, parte de la familia y termina aquí en estos campos”, aseguró Jorge, un vecino de Angaco que está preocupado y muy triste por la situación que se vive en la provincia
El cementerio clandestino de caballos en San Juan
“La gente le llama cementerio pero técnicamente es la prueba de un delito que se viene cometiendo desde hace mucho tiempo y con muchas pruebas”, denunció Alejandro Pellegruinuzzi, un periodista del diario Huarpe de San Juan. “Toda esta carne que se faena clandestinamente está llegando al consumidor final, a la mesa de los sanjuaninos”, agregó.
“Tenés casi 300 esqueletos distribuidos en este predio. Estamos hablando de que son casi 60.000 kilos de carne que han entrado al consumo interno cárnico de la provincia de San Juan”, explicó el periodista quien agregó: “La faena clandestina, el consumo de carne, de caballo, está prohibido. Por lo tanto, coge muchísimo riesgo la persona que puede llegar a consumir esa carne que entra al mercado”.
“Al dejar los esqueletos así limpios, es cuando sacan toda la carne de los animales y después la comercializan”, explicó Jorge. De todas maneras, aclaró que cuando la policía atrapa a alguien robando un caballo “a las 48 horas está suelto”. “Aquí se apaga el relincho de muchos amigos, de una parte de la familia...”, se lamentó.
A José, otro vecino de Angaco, le robaron su caballo llamado Regalito. “Hace 25 años lo teníamos, era uno más de la familia”, contó, notablemente emocionado. “Pensar que mi caballo puede estar ahí, los restos de mi caballo... es muy fuerte”, se lamentó el hombre en Telenoche.
El área de Inocuidad Alimentaria cuenta actualmente con 16 inspectores solamente y, por este motivo, no llega a cubrir a toda la provincia. Gustavo Barco decidió presentarse en el centro cívico de San Juan para pedirle una respuesta al ministro de Salud de la provincia, Amilcar Dobladez pero no fue atendido. “Lo fuimos a buscar porque básicamente ninguna autoridad oficial nos quiso atender”, aseguró al cierre del informe.
