Tras días de intensa búsqueda, finalmente se confirmó la peor noticia: Dana Desimone, de 28 años, fue hallada sin vida entre los escombros del edificio Dubrovnik, el hotel en Villa Gesell que se derrumbó el pasado fin de semana, cobrándose la vida de ocho personas. El padre de la joven declaró en la Justicia y comaprtió un detalle no menor, según informó Rolando Barbano en Telenoche.
La joven, quien había viajado para trabajar en el hotel junto a su novio Nahuel y Rosa Estefaní, la anterior dueña del establecimiento, es la última víctima en ser encontrada en esta trágica situación.
“El padre de Dana declaró en la investigación judicial y contó que la dueña del Dubrovnik, que había vendido el edificio en marzo, sabía que el edificio tenía problemas estructurales desde hacía años, que Dana era consciente de esto, incluso habría trabajado un gasista no matriculado en las obras”, comentó el periodista sobre la exposición del hombre.
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Dana se alojaba en el Dubrovnik mientras realizaba tareas laborales, y el día del colapso, intentó desesperadamente escapar. Fue esta búsqueda de una vía de salida lo que retrasó su hallazgo, pues se encontraba alejada de la habitación en la que solía dormir. El rescate se tornó aún más complejo hasta que uno de los perros rescatistas, Tokio, de la brigada de bomberos de Villa Gesell, logró finalmente encontrarla. Las esperanzas de su familia y amigos de hallarla con vida se esfumaron, y el caso pasó a una fase de investigación judicial para determinar las responsabilidades detrás de este fatídico suceso.
Los antecedentes y la falta de seguridad en el Dubrovnik
En el marco de la investigación, el padre de Dana brindó declaraciones que aportan información sobre el estado del hotel y sus fallas estructurales. Según lo que se conoce hasta ahora, Rosa Estefaní, quien fue dueña del Dubrovnik hasta marzo, tenía conocimiento desde hacía años de los problemas de infraestructura del edificio. En uno de los testimonios más alarmantes, se reveló que en las obras de mantenimiento trabajó un gasista sin matricular, lo que podría haber incrementado el riesgo de colapso.
Estas declaraciones abren una puerta importante para la investigación, que ahora apunta a esclarecer si la tragedia pudo haberse evitado y si existieron negligencias o responsabilidades por parte de los administradores y encargados de la construcción y mantenimiento del hotel.
Con la recuperación del cuerpo de Dana, la fase de rescate concluye, dejando un saldo de ocho víctimas fatales. Sin embargo, el dolor de sus familiares se mezcla con la exigencia de justicia y de respuestas ante una tragedia que, según los primeros indicios, podría haberse evitado si se hubieran tomado las precauciones necesarias.
