En Villa Luro, un acto de crueldad animal terminó con un final esperanzador gracias a la unión y compromiso de los vecinos. Drako, un husky siberiano, estuvo más de un mes encerrado en una casa sin agua ni comida, viviendo en condiciones deplorables. Su rescate, liderado por los propios residentes del barrio, fue una muestra de solidaridad que ahora le garantiza una segunda oportunidad.
Drako vivió más de 30 días completamente solo, en una casa a oscuras y sin atención. Sin alimentos ni agua, el perro sobrevivió en condiciones inhumanas, obligado a realizar sus necesidades en el mismo espacio en el que dormía. Según los vecinos, fue el sonido de sus sollozos lo que alertó sobre su situación.
“Los huskies no suelen ladrar, así que fue más difícil darnos cuenta. Pero una noche escuchamos quejidos que no sabíamos si eran de un perro o de una persona. Fue desgarrador”, relató Karina, una de las vecinas involucradas en el rescate durante una entrevista con Telenoche.
El operativo de rescate de Drako
Preocupados por la situación, los vecinos comenzaron a actuar: levantaron una persiana y, utilizando una soga, lograron hacerle llegar agua y algo de comida al animal. Sin embargo, sabían que no era suficiente. La comunidad rápidamente organizó una denuncia formal y solicitó la intervención de las autoridades. Finalmente, la policía, con una orden judicial, allanó la vivienda y rescató a Drako.
Al momento del rescate, el perro estaba notablemente desnutrido y deshidratado, pero mostró signos de recuperación inmediata gracias al cuidado brindado por los vecinos. Tras el rescate, Drako fue acogido temporalmente por una vecina que lo alimentó y le brindó el cuidado necesario para su recuperación. Ahora, Karina, una de las líderes del operativo, confirmó que lo adoptará de manera permanente y lo llevará a un campo cercano donde podrá tener una vida plena.
“Lo importante era sacarlo de ahí, que pudiera vivir feliz. Drako ahora tiene la oportunidad de recuperar la salud y conocer lo que es el amor verdadero”, afirmó Karina emocionada.
El caso de Drako pone en evidencia la importancia de denunciar el maltrato animal y el papel fundamental de las comunidades para proteger a los más indefensos. En este caso, la rápida acción de los vecinos marcó la diferencia entre la vida y la muerte para el husky.
Aunque Drako tiene un futuro prometedor, este incidente deja una reflexión: la necesidad de promover la tenencia responsable de mascotas y asegurar que todos los animales reciban el respeto y cuidado que merecen.
