Los familiares y amigos de Micaela Malena Soto salieron a la calle a marchar para pedir justicia. Días atrás, la joven de 25 años apareció degollada en el baño de un hotel alojamiento de Ingeniero Budge y el único detenido por eel femicidio es Enzo Chamorro, quien era su pareja.
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Desde las calles 13 de septiembre y General Hornos, en Ingeniero Budge entrevistaron en Telenoche a Andrea y Arnaldo, los padres de Malena. “Pido que se haga justicia, porque se va a pasar por loco, porque después que la asesinó, el muy cobarde, se fue a jugar la pelota como si nada”, declaró la madre.
“Pido justicia. Voy a hacer una marcha pacífica. No quiero que hagan nada de quilombo, por favor. Yo pido justicia por mi hija”, agregó Andrea, devastada por la muerta de su hija. Arnaldo, por su parte, solo pudo decir: “Simplemente eso, simplemente justicia”.
Cómo era la relación de Malena y Enzo, el asesino
“La relación era normal”, aseguró Andrea, la madre de Malena. “Compartíamos cosas. Nosotros nunca lo maltratábamos, no nos faltábamos al respeto pero era muy celoso. Muy celoso. Cuando ella quiso terminar la relación, él la amenazaba, que si la dejaba, él se mataba”, reveló después.
Por otro lado, contó que el acusado le había robado objetos personales en el pasado como, por ejemplo, su celular, sus zapatillas o su mochila. La abuela de Malena, por su parte, contó que como él no quería que su novia jugara a la pelota también le robaba los botines.
“Yo le dije, Malena, soy más grande que vos, dejalo, separate de ese porque es un psicópata, te va a lastimar. Pero no me escuchaba ella porque él le perseguía, le amenazaba que le iba a hacer daño a su nena. Ahora se quedó sin mamá, 5 años tiene la nena”, contó la abuela rota en llanto.
“Malena no es de ir a ese lugar. No es mala. ‘Malena te va a hacer daño’, yo le decía. ‘Malena, yo lo siento que te va a lastimar, no vayas sola’, le decía”, agregó la mujer que también contó que su nieta le había contado a sus amigos en algunas ocasiones que el hombre era violento con ella.
“No quería que tenga amigas ni amigos, no quería nada, no quería que juegue a la pelota. Y ella vivía por la pelota. Era muy trabajadora. Ella era peluquera. Hasta que llegaba el papá, ella estaba cortando pelo de noche. Se hizo su casa así, a esfuerzo”, contó la mujer, devastada.
“Cuando estaba libre, lavaba autos en su casa para juntar la plata y hacerse su casa, porque no quería que la ayudemos nosotros ni el papá. Una vida llena de sueños”, aseguró y cerró: “Yo soy grande y me daba cuenta de cómo era él. Él era un psicópata. A donde ella aparecía, él aparecía”.
