En el corazón de La Matanza, a la vera de la Ruta 3, dos hospitales públicos enfrentan una situación alarmante. A escasos metros de sus instalaciones, un basural ilegal a cielo abierto se ha convertido en una fuente de contaminación constante que pone en riesgo la salud de pacientes, médicos y vecinos. Se trata del Hospital Paroissien y el Hospital Simplemente Evita, donde el hedor nauseabundo y la proliferación de residuos generan un entorno insalubre y peligroso.
Según un informe especial de Telenoche, los basurales crecen sin control en las inmediaciones de estos hospitales. Desde alimentos en descomposición y restos de animales hasta escombros y partes de automóviles, los desechos se acumulan diariamente, convirtiendo el área en un foco de infección y contaminación.
“Desde el hospital se huele el olor a podrido”, asegura uno de los vecinos que transita la zona a diario. “Es insoportable, pero uno ya se acostumbra”, agrega con resignación.
El problema se agrava porque los residuos no solo son arrojados por personas que viven en los alrededores, sino también por empresas y recolectores informales que descargan desechos sin ningún tipo de regulación. “A partir de las cinco de la tarde empiezan a llegar carros y tiran de todo”, denuncia otro vecino.
El problema de los basurales
Este basural clandestino no es nuevo. Según testimonios recogidos, la situación se descontroló tras la muerte del antiguo propietario del predio donde hoy proliferan los desechos. Desde entonces, la acumulación de basura ha ido en aumento sin que las autoridades logren erradicarla de forma definitiva.

Aunque ocasionalmente el municipio envía camiones para limpiar el área, en cuestión de días el basural vuelve a formarse. “Cada 15 días vienen a limpiar, pero en tres días ya está lleno otra vez”, relata un testigo. “Las ratas están chochas”, ironiza otro vecino, mientras menciona la presencia de huesos de carne y bolsas con restos de pollo que se descomponen bajo el sol.
Los efectos de esta situación son evidentes. Pacientes y trabajadores del hospital respiran aire contaminado, lo que podría agravar patologías respiratorias y comprometer la recuperación de quienes están internados. Además, la presencia de animales carroñeros, insectos y roedores representa un riesgo sanitario inminente.
“Hemos reclamado muchas veces para que limpien y acondicionen el espacio, pero la respuesta es siempre la misma: nada”, lamenta un habitante de la zona.
Los vecinos piden medidas inmediatas para erradicar el foco de contaminación y evitar que la zona se siga deteriorando. Mientras tanto, cada día que pasa, la salud de quienes deben transitar o atenderse en estos hospitales sigue en riesgo.